Gary Lineker, hastiado de caer contra la piedra germánica soltó una perla. “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11, y siempre gana Alemania”.
En esta época en la que por estilo y resultados el fútbol vuelve a germanizarse necesitamos de zurdos.
El partido de la máxima entre Rayo Vallecano y Espanyol fue el mejor ejemplo de ello. Durante 87 minutos , cada uno en su puesto, los jugadores en la cancha se dedicaron cada uno y cada cual a hacer sus tareas.
El partido tenía el morbo de los regresos, pero ni RDT ni Embarba, sin tiempo, se salieron ni un segundo de la línea de producción. Unos apretaban tuercas, otros las soltaban, otros soldaban, otros cortaban, otros pegaban. Todo muy ordenado, preciso, milimétrico, sin errores.
El fútbol son errores, público en la grada y goles. Nada de esto llegaba.
Lo peor de este fútbol es la falta de emoción. Sin el ánimo o la presión de la grada solo ves y escuchas a chavales corriendo detrás de un balón y al árbitro intentando no meter la pata. Miento, sufro viendo al trencilla padecer el comportamiento de unos deportistas de físicos imponentes que gritan cuando les empujan levemente, chillan cual cochino en matanza cuando reciben una patada y dan catorce vuelvas de campana con quince cámaras delante para engañar al colegiado . Parece que les matan cada vez que chocan y alguien debiera decirles que con la que está cayendo solo favorecen la imagen que se tiene de algunos de ellos, la de niños mimados.
En estas el Rayo ganó 1-0 en un partido que mereció ganar. Lo hizo porque puso más empeño en hacerlo que su rival pero sin volvernos locos, sin desordenarnos ni dejar una sola tuerca suelta.
Lo hizo porqué tiró de lo único que hizo sufrir a los alemanes, el zurdismo, en botas del Pelusa.
Nuestro líder zurdo pelusa no tiene, pero es el predicador en Vallecas de la iglesia maradoniana del séptimo día. Lo intentó todo lo que pudo y como buen zurdo dejó el lado izquierdo para que los García dieran profundidad por ese lado. Agradeció la entrada de Jony, mas zurda madera y colocó con firmeza y precisión quirúrgica en la portería el centro que el otro izquierdo del equipo Andrés desde tal costado para dar tres puntos al Rayo que debe confirmar fuera lo que es en casa, una perfecta cadena de montaje con un zurdo sublime (1-0).
El gol fue el perfecto homenaje al referee, López Toca, que se equivocó poco. Ya había cubierto el cupo con la suspensión del Rayo -Albacete o día de la bestia y aguantó con estoicismo la sorna de un gol celebrado por los franjirrojos mostrando Isi una camiseta en blanco nuclear en el minuto favorito de los Zozulyers, el 88.
De ahí al final no hubo sorpresas y el Rayo fue Alemania. El jueves en Oviedo más. Qué bien nos vendría Poschner.