LA ESCUADRA
Llevaba ya dos párrafos escritos cuando he decidido borrar todo y empezar de nuevo. Estaba caminando por el sendero fácil: un domingo para olvidar, con el Rayo Vallecano B perdiendo en Mórdor y el Primer equipo sufriendo la mayor goleada de la temporada cuando se podía ascender. Llorar, llorar y llorar. Mejor no.
El postpartido dio para criticar, acusar y renegar. Ya pasó. Ahora toca apoyar, levantarse y aplaudir. No me salen las malas palabras hacia un equipo que está haciendo un temporadón. Lo que tenía que decir ya lo dije tras nuestro particular ‘alcorconazo’. Mejor hablar de otras cosas.
Mejor hablar de las inmensas colas que llegaban hasta los vestuarios del Estadio de Vallecas. Mejor hablar del tremendo ambientazo que se va a vivir el domingo. El 27 de mayo va a ser de esos días en los que se pone en marcha la fábrica de envidia. Vamos a tener envidia para todos.
Para los que tienen muchos títulos, para los que tienen millones, para los que pitan, para los que comen pipas, para los que se van del estadio media hora antes de que termine el partido, para los del fútbol negocio… Para los que no saben lo que es un ascenso o una salvación en Vallecas. Envidia.
Viendo que han aplazado las obras de remodelación del Estadio, mi única preocupación es que aguante la estructura. No quiero ni un asiento vacío, ni una boca cerrada, ni un pelo sin erizar… Ni un alma vallecana sin emocionar.
El Huesca ya está en La Liga Santander… el domingo es nuestro turno. El turno de un barrio humilde, el turno de codearse con los todopoderosos, el turno de demostrar que la Franja es de Primera, el turno de no dudar. ¡Vamos Rayo, que somos de Vallecas… Y VAMOS A GANAR!