LA ESCUADRA
Menos de un cuarto de hora para acabar. Balón mal despejado por el guardameta del Alcorcón y Javi Guerra marca a placer… no perdón, manda el balón al larguero. Esto es Vallecas. “Así es imposible” -se escuchaba entre otros comentarios. No tenemos suerte. O mejor dicho, teníamos. Poco después, un balón despejado impacta en la cara de Álex Moreno y acaba en gol. La celebración del extremo izquierdo, medio mareado, quedará ya para los restos. Con la cara enrojecida por el golpe y con una sonrisa pintada en el rostro, el catalán había desatado la tormenta.
Poco después Raúl de Tomás llevaría la locura a la grada, pero esa es otra historia. La de hoy va de que, el año pasado, ese esférico que acabó dibujando sus costuras en el pómulo de Álex Moreno hubiese ido hacia cualquier lado menos a gol. Y si hablamos de la temporada del descenso… Cierto es que hay puntos que se han escapado tontamente, pero viendo como han sido las dos últimas victorias en casa, es para dar gracias.
Tres goles encajados tras saque de esquina en los dos últimos encuentros. Cuatro puntos de seis posibles. Para no creerselo. Balón que sale por línea de fondo, alegría para el rival. Los delanteros saben que en el área franjirroja son bienvenidos. “Remate usted, por favor. Sí, sí, por la escuadra es perfecto” -parecen escuchar. Da igual, la suerte es rayista, ya se las arreglarán para remontar. Si no es Joni, es el azar el que sale al rescate.
Ya cuartos y oliendo el ascenso directo, no me queda otra que ser optimista, porque si se ganó al Alcorcón de la manera que se hizo, no hay nada imposible. Nos vemos en Primera el año que viene. Queda dicho.