Por Alberto Toro
La pasada jornada el Rayo Vallecano consiguió la victoria en el complicado campo del conjunto aragonés. Con esta victoria rompió la racha negativa de derrotas que estaba atravesando. La última victoria antes de la cosechada contra el Huesca fue contra el Extremadura en la jornada 12. Esta victoria impulsa anímicamente al equipo y hace respirar Jémez.
Pero las claves de la victoria y que no se dieron en los encuentros anteriores fueron principalmente: la solidez defensiva, la eficacia cara a puerta y la gran actuación de Pozo.
El equipo franjirojo tuvo una gran actitud en defensa y se notó una gran seriedad y sin momentos de desconexión durante el partido. Una de las diferencias fue el compromiso de todos los jugadores para recuperar el balón tras la pérdida. Otra de las diferencias claves fue la eficacia para trasformar las ocasiones en goles, estos se echaba de menos en anteriores partidos en los que el resultado no reflejó la multitud de oportunidades que generó el equipo.
La clave más importante fue la aparición de la figura de un jugador al que le sobra calidad y que no había aparecido mucho este año. Desde inicios de la liga no se había vuelto a ver destacar a algún miembro de la plantilla, en este caso fue Embarba.