Derrota del Rayo Vallecano por la mínima en Butarque. Un gol en los primeros minutos de Carrillo dejó los tres puntos en Leganés, ante un Rayo desdibujado que no llegó a tomar el pulso al encuentro.
Día histórico para el fútbol madrileño. Primer derbi en la Historia en Primera División entre Leganés y Rayo Vallecano. Butarque acogió un encuentro que arrancó con sorpresa en el once de Míchel: Imbula suplente. El técnico franjirrojo decidió no alinearle de titular.
Timón para Santi
Comesaña se puso el gorro de jefe en la medular. Con Medrán de lugarteniente, y Trejo combatiente en la mediapunta, el timón franjirrojo era cosa suya. El comienzo del partido fue duro para el Rayo Vallecano. El Leganés salió con mucha fuerza. Presionando fuerte, llegando a fondo, apretando, …, y marcando. Era el minuto 13 cuando Carrillo ponía por delante a los pepineros. Tras un saque de banda, el balón llega a línea de fondo para que Santos centre, y el killer blanquiazul remache al fondo de la red: 1-0 y poco Rayo.
El guión del partido no era el esperado. El Leganés tenía la posesión. Jugaba la pelota, y el Rayo no era capaz de quitársela. Solo a la contra, con pases en profundidad a RdT o alguna jugada trenzada, los vallecanos tímidamente creaban peligro. El equipo estaba desdibujado. Sin presencia, y en ocasiones desbordado.
Solo un error de Cuellar por alto puso en apuros a la zaga pepinera en los primeros compases, una jugada calcada al gol de Advíncula en Anoeta.
Poco a poco, la intensidad blanquiazul fue decayendo. El ritmo alto inicial fue virando, y los de Pellegrino fueron reculando. El Rayo quería el balón, comenzaba a mimar la pelota. Pero no llegaba a la meta de Cuellar. Dejó de querer el balón el Leganés.
Tardó en pulsar el encuentro el Rayo Vallecano. Tenía la posesión y fue claramente de menos a más en el partido, aunque se fue al descanso estéril, sin poder empatar el choque a pesar de los balones colgados en los que Cuellar se mostró inseguro. Pese a ello, la tuvo el Leganés en la última jugada, en un desborde de Santos a Abdoulaye que a punto estuvo de romper el encuentro al descanso.
Cambio en los extremos
Comenzaba la segunda mitad sin cambios en el equipo, pero solo tardó tres minutos Míchel en mover a su equipo. En el descanso calentaron con intensidad Embarba y Álvaro García, que saltaron al campo por Bebé y Kakuta. Cambiaba las bandas Míchel, pero el Rayo seguía atascado.
Eso sí, el encuentro fue abriéndose, con alternancia y llegadas en ambas porterías. La tuvo Medrán de cabeza tras centro de Advíncula, y en meta contraría, Santos seguía siendo una pesadilla para la zaga rayista.
No reaccionaba el Rayo. Y Pozo era la última bala en la recámara de Míchel. El sacrificado fue Trejo. Con eso, el equipo franjirrojo ponía toda la carne en el asador para los últimos 20 minutos de partido. Justo en ese momento, llegó el larguero de Medrán tras un lanzamiento de falta. El Rayo quería y creía.
Pero el crono avanzaba y el Leganés fue templando el partido. No quería sustos atrás, y también la tuvo en un lanzamiento de falta que Alberto García voló para despejar cuando se colaba por la escuadra.
Medrán volvería a verse protagonista del choque cuando en una falta en la medular sobre Vesga veía la segunda amarilla. Expusión y el Rayo acabaría jugando con uno menos los últimos siete minutos. Muy cuesta arriba se ponía la última fase del encuentro, en la que el equipo de Míchel no pudo sacar nada positivo de Butarque.