Anoche el Rayo vallecano hizo oficial la destitución de Míchel después de siete derrotas consecutivas. El ya extecnico vallecano ha vivido grandes momentos desde su llegada al banquillo franjirrojo en febrero de 2017, y en Unión Rayo hemos querido repasarlos.
Ascenso a primera
El asenso a Primera División fue sin duda el gran momento de Míchel en el Rayo Vallecano. El equipo realizó una temporada formidable que culminó con una tarde-noche mágica en Vallecas con el regreso a la máxima categoría. El cuadro rayista venció al Lugo gracias a un gol de Álex Moreno y el barrio fue una completa fiesta. Míchel se dio un auténtico baño de masas, e incluso se animó a dar un discurso.
Además de este histórico ascenso, también logró ganar el campeonato nacional de liga, algo sin precedentes en la historia del club. Esta circunstancia hizo de la temporada 2017/2018 una temporada inolvidable para todo el rayismo.
Apoyo de la afición tras la derrota ante el Getafe
Otro de los grandes momentos del entrenador madriñeño se vivió esta misma temporada, después de perder en casa ante el Getafe. El equipo estaba hundido en la tabla y el míster ya se encontraba por entonces en “la cuerda floja”. Sin embargo, la afición, lejos de achacarle nada, le mostró su máximo apoyo y le dedicó un cántico muy especial que le hizo emocionarse.
Trece puntos de quince
No todo han sido malas noticias esta temporada. El Rayo consiguió encadenar una racha muy positiva de resultados entre los meses de diciembre y enero, llegando a acumular cinco partidos sin perder. El colofón perfecto llegó en Mendizorrotza. Los de Míchel se llevaron los tres puntos, algo que nadie había logrado en la presente temporada. El conjunto vallecano salió de los puestos de descenso por primera vez en esta campaña y las sensaciones eran idóneas. No obstante, desde aquel partido, el Rayo no volvió a puntuar y perdió siete partidos consecutivos, razón por la cual se ha prescindido del entrenador.
Salvación de un posible descenso a Segunda B
Míchel se puso al frente de la primera plantilla del Rayo Vallecano con la posibilidad real de descenso a Segunda B. Pero reanimó al equipo y volteó la situación de una forma espectacular. Logró seis encuentros consecutivos invicto que disiparon las dudas en torno a la permanencia e hizo soñar con la entrada a los play offs de ascenso. Finalmente acabó salvando a un equipo que estaba completamente desahuciado y con un desenlace trágico.