Nuevo partido sin publico en las gradas del Estadio de Vallecas. El Rayo Vallecano doblegó a un correoso Numancia (3-2) a pesar de que los sorianos se quedaron con 10. Eso sí, los de Vallecas ya están en playoff.
Rayo Numancia desde la grada
Apenas una decena de fotógrafos y un puñado de redactores y locutores pudieron presenciar el choque. Eso sí, junto a los privilegiados del “Palco VIP” de Vallecas, que volvieron a ocupar algunos de los balcones colindantes al estadio. Muchos menos que en los primeros partidos del retorno del fútbol. Los que allí estaban recibieron con aplausos a los jugadores, que devolvieron el gesto.
La noche era fresca en Vallecas, con amenaza de tormenta y un fuerte viento que azotó en todo momento a los pocos privilegiados que pudieron entrar al recinto.
Antes de comenzar el partido y en previsión de la posible lluvia, los jugadores no convocados del Rayo Vallecano se pusieron a cubierto bajo la Tribuna Central de Arroyo de Olivar, justo al lado de la zona en la que estaban los periodistas. De este modo, pudimos vivir un partido junto a ellos y verles cómo protestan y reclaman al árbitro para meter presión a la par que no paran de dar muestras de apoyo a sus compañeros. “¡Árbi, es penalti clarísimo!” gritaban cuando caía Óscar Valentín en el área numantina en la primera mitad. Ahí en la grada estaba Álberto García, Trejo, Bebé, Roberto Santamaría y Leo Ulloa tomando mate. Comentaban todas las jugadas y analizaban los otros partidos: “gana el Sporting al descanso”.
En el campo vacío se escucha prácticamente todo, lo cual tiene su parte positiva y negativa. En torno al minuto 55 Paco Jémez recriminó una perdida de balón a Mario Suárez, que apunto estuvo de costar un gol visitante. El mediocentro le pidió tranquilidad, y el técnico franjirrojo le dijo que no le mandara callar. Un pequeño momento de tensión muy comprensible por todo lo que se estaba jugando el Rayo Vallecano, y que quedó en nada. Paco estaba muy tenso, sobre todo durante la segunda mitad, y de vez en cuando metía presión a los suyos, en medio de la desesperación de ver cómo el Numancia podía empatarles en el marcador: “!las marcas, las marcas¡” gritaba desesperado en una de las contras visitante. No obstante, el técnico fue amonestado por el mismo árbitro que ya le expulsó en el partido de Copa en Tarazona. Los nervios y la tensión eran muy latentes en el banquillo franjirrojo y Paco Jémez iba de un lado para otro, corrigiendo y dando órdenes a sus pupilos sobre el césped. Fue un partido en el se palpaba la presión en el entrenador local.
Llama también la atención el uso de la megafonía, sin música, a un volumen muy bajo, únicamente relatando las alineaciones y los cambios a pesar de que no había público. Y el descanso, en el que el silencio se hace prácticamente absoluto. Incomoda presenciar de esa manera tan calmada un estadio que normalmente ruge.