LAS BONETADAS
Todos somos diferentes, pero hay veces que esa diferencia te hace especial e único. Todos los equipos tienen su pequeña magia o su punto de diferencia; pero hay algunos como el Rayo Vallecano que le hace ser inigualable. No se sabe si será su estadio, su afición, el barrio que lo todea, su cantera o todo en su conjunto. No lo digo yo, lo dice cualquier jugador que ha vestido la Franja y la gran mayoría de la hinchadas que pasan por Vallecas.
Pero sí, hay cierto nerviosismo en la barriada. El equipo no despega. Hasta el punto de batir récords negativos en los 18 años de historia en Primera División. El futuro de Míchel está cuestionado. Es totalmente cierto que el equipo no transmite, que el Rayo concede mucho atrás, que no se ha dado con la tecla y la cosa pinta muy mal. Está clarísimo. Que los jugadores y el técnico no están dando la talla en Primera División lo sabe cualquiera. Y lo normal es que un presidente decidiese cambiar el rumbo con un cambio en el banquillo. Eso sería lógico en muchos casos.
Pero yo lo tengo claro. Míchel hasta el final. Alguien que te lo dio todo y te sacó casi de Segunda B tiene que tener la oportunidad de intentarlo hasta el final. Paco se lo ganó, ¿por qué no Míchel? Otra cosa sería que a la plantilla la idea no gustase (como con Baraja), que hubiera mal rollo (como con Sandoval)… Aquí solo los resultados son únicamente quienes dictarían sentencia.
Pero como hemos dicho al principio del texto el Rayo tiene poco de normal ¿no? Cualquier otra afición ya habría pitado al equipo, otra hinchada no tendría memoria con Míchel, otro equipo ya habría echado al cuerpo técnico, en otro club la prensa estaría escribiendo ‘Michel Vete Ya’, etc… En Vallecas no. Vallecas es diferente.
Aunque seguramente todo esto sea utópico. Alguno pensará que en la diferencia está el ser gilipoyas. Ojo, puede no faltarle razón. A nadie le gusta ver perder a su equipo; y al final y al cabo el fútbol de hoy en día es un negocio y el dueño, el club, hará todo lo posible para no bajar a Segunda División. Muchos millones en juego.
¿Pero quien nos dice que Míchel no dará con la tecla’ en la segunda vuelta y se logra la salvación? ¿No sería bonito? Y sino no pasa nada. Yo no se vosotros pero para mí muchas veces el Rayo es la ovación al equipo tras descender a Segunda, el apoyo a Carmen o Iker, la emoción de Míchel ante su público, el homenaje a Isi… Esa es la victoria del Rayo, no perder esa esencia.
Durante este tiempo, además de estos momentos, se han logrado ascensos, permanencias históricas y pequeños triunfos deportivos. No me refiero a que el objetivo del Rayo no sea buscar éxitos deportivos. Eso llegará solo. Lo que tenga que llegar que llegue. Al final todo deportista buscar triunfar. Y el Rayo actual trabaja para ello. Pero estaría bien, o utópico, que el resto no fuerce las cosas y convertirnos en un equipo más. Ganar no siempre son títulos. Quizá vencer es mantener tus valores y pasarlos de padres a hijos.