DE OTRO PARTIDO
El VAR
Lamentable actuación del VAR en un partido en el que los árbitros fueron también rivales del Rayo. La falta a Isi en el segundo gol del Cartagena fue clarísima, y una mano en el área de Navas, a poco del final, ni siquiera se revisó. Eso y además todas las tarjetas amarillas que el árbitro perdonó a los locales. Que Antoñito se haya ido sin amarilla (y sin roja), es de chiste. Dicho esto, el Rayo Vallecano jugó a medias, tirando de algunos nombres y arrastrando, una vez más, el peso de los que no aparecieron: Comesaña y Valentín o, hasta la asistencia del gol, Álvaro García. Costó conseguir el punto, y el 2-2 de Qasmi, viendo cómo estaba el partido, es balsámico. Hay que exigirles más a ciertos jugadores. No se les puede aplaudir o dar un “ok” por haber tirado un centro o participado en una jugada de gol, como Guerrero. Ejemplares -más allá del rendimiento- fueron las entregas de Pozo, Isi, hoy Advíncula y, sobre todo, la de Fran García.
ENVUELTO PARA REGALO
La lentitud y los errores en el medio.
El mediocampo no estuvo fino. Comesaña empezó diferente, soltando la pelota rápido y participando; pero después se diluyó y de nuevo generó esa confusión que nos hace preguntarnos si es un hombre de creación, de marca, las dos cosas o ninguna de ellas. Al final, el partido lo dominó a él y fue sustituido. Valentín corrió con desconcierto, no se encontró con nadie y muy poco a sí mismo. Pozo e Isi fueron los Trejos, puentes entre una defensa laboriosa y una delantera que dependía de la defensa, porque ni Guerrero ni Álvaro mostraban nada. En ese hueco del mediocampo, que el Rayo llenó con errores, el Cartagena encontró la clave.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Las jugadas de los goles.
Buenas combinaciones de ese Rayo que no asomó tanto, pero que siempre está latente y que, cuando aparecen algunas individualidades, el partido cambia. En el gol de Pozo y en el de Qasmi, las triangulaciones y los pases en la primera jugada se quedan en la retina, por estéticos, tan distintos de lo que el ojo estaba viendo. Dos grandes goles que salieron de esa pizarra que algunos siempre llevan: la del talento.
LA BOTELLA MEDIO LLENA.
Un punto, sí. Es lo que hay…
Tuvieron que ser tres puntos, objetivamente es así. Ya lo dijimos: hubo falta a Isi en el 2-1 y penalti por mano cerca del final; dos sanciones que hubieran cambiado el resultado (una de las dos lo hubiera cambiado). Pero bueno, sigamos en modo positivo. El equipo venía de un triunfo duro, contra otro rival de abajo y hoy al menos volvió a sumar. De a uno, en la zona en la que está es matemática pobre. Viendo lo penoso del arbitraje y del VAR, el punto se valora bastante. También, que Pozo haya marcado para coger confianza. El líquido de la botella ha bajado hasta la mitad. Pero la vemos medio llena.
EN DEFENSA DE…
Fran García, el trabajo anónimo y una intervención de San Dimi.
Un bólido con gasolina eterna, un cohete, pura sangre, va y viene, recupera y genera peligro, hace que por la misma banda no se eche de menos a Álvaro García; Fran es los dos García. Qué jugador, y qué futuro tiene con este presente…
La defensa cumplió, fue un muro por arriba. Recuperó balones, salió jugando bien y, sin piernas, se inventó piernas. Grandes sacrificios de Velázquez, Saveljich y Advíncula.
Y San Dimi volvió a ser salvador. Tiene más reflejos que espejo de peluquería. Le sacó una a Rubén Castro como para que el delantero hoy, pese al doblete, no pueda dormir. O bueno, se duerma bastante tarde…
Hablábamos de los dos Rayos, el que juega en casa y el que juega fuera. Ambos se turnaron para ir apareciendo de manera aleatoria, a veces peligrosa y a veces notable. En resumen: el empate ha sido tan injusto como el árbitro.
Gracias por llegar hasta aquí. Nos encontramos en la próxima crónica. ¡Aúpa, Rayo!