DE OTRO PARTIDO
Caminando no se llega a ningún lado.
Un Rayo Vallecano desganado, con un Dimitrievski gigante, que no fue suficiente para salvar tantos errores no forzados, dejó escapar el partido porque jugó siempre a empatarlo. Ocasiones claras falladas por Álvaro y Pozo y un gol de Mirandés que existió porque Álvaro saltó buscando un balón como salta siempre: de espaldas, sin mirar, con el espíritu blando y el miedo en el cuerpo. En una tarde que se presentaba ideal para afianzar el puesto en el playoff, volvió la incertidumbre, el equipo que no juega a nada, el técnico perdido con la estrategia y los cambios, la falta de un 9 y, sobre todo, de indecisión para salir a ganar un partido.
ENVUELTO PARA REGALO
Los pases al rival, la marcha de tortuga.
Todo el equipo fue lento como lo son siempre algunos jugadores. Pero, además, estuvo erróneo en pases simples, en decisiones de libro. El gran desconcierto hizo que el Rayo jugara siempre para atrás, abusara del pelotazo y no se animara a atacar, a buscar el partido contra un rival que venía tocado no solo por el COVID, también por una derrota en casa. Hoy, las dudas se multiplicaron tanto como las alegrías en las últimas jornadas. ¿Era este el partido para hacer tantos cambios, para no meter a Bebé de inicio, o era el próximo contra el Logroñés? ¿No habría que haber quitado a Pozo antes y dejado a Isi con Bebé?
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Las paradas de San Dimi, que evitaron la humillación.
El resultado es falso. Los posibles goles se quedaron bajo las alas de Dimitrievski, que una vez más salvó a su equipo, está vez no de la derrota, pero sí de una goleada que hubiera sido un castigo justo para un Rayo sin ideas o solo con una: no salir a jugar.
LA BOTELLA MEDIO LLENA
Todavía en playoff.
La botella se llena otra vez de dudas. El Rayo se mantiene con ventaja en el playoff, pero la imagen mostrada, incluso para jugarlo, es oscura. “Lo que importa son las matemáticas”, dirán los optimistas. Habrá que aferrarse a los números, porque al fútbol no hay por dónde cogerlo…
EN DEFENSA DE…
San Dimi y la voluntad de Fran.
Si Dimitrievski fue un salvador frustrado, el que intentó marcar el camino, adoctrinar con sus ganas, fue Fran. Pero con dos contra once, y contra compañeros que juegan para los rivales, es imposible hasta empatar. La defensa estuvo lenta en las salidas, el mediocampo no se mostró y Guerrero fue el fantasma elegido para habitar esa casa abandonada que queda en el número 9. No le llegaron balones, pero él tampoco fue a buscarlos. Lo dicho: pelotazos, juego hacia atrás y una colección de errores que hicieron figura a Dimitrievski. Iraola declaró “Hemos hecho una buena primera parte”. Con esa lectura de los partidos, nos podemos quedar todavía un poco más intranquilos, si cabe.
Volvió el Rayo que tiene complejo de inferioridad, el donante de vida: al Mirandés, al Girona, a la Ponferradina, al Málaga, al Sporting, al Leganés y al Almería. No hace falta ser tan generoso.
El saludo de hoy es para Rayistas de Alicante (@RayistAlacant), seguidores del Rayo desde la Comunidad Valenciana. Un fuerte abrazo, compañeros.
Y a vosotros, familia rayista, gracias por la lectura y toda la suerte para el partido contra el Logroñés. ¡Fuerza, Vallecas! ¡Aúpa, Rayo!