DE OTRO PARTIDO
Presión alta nunca vista.
Los cambios de horarios hicieron que estuviéramos todo sábado con la camiseta puesta, desde las 10:00 hasta las 0:00. La organización caótica, algo más en la cadena de despropósitos, hartó a la plantilla y el primer equipo hizo público un comunicado en el que dice sentirse “desamparado” por el club. Una historia que se repite, ahora con Presa. Sin embargo, el Rayo Vallecano salió y jugó como si la relación con la directiva fuera maravillosa. Se olvidaron de todo, menos del fútbol. Quizá ha sido el partido del año con la mejor presión alta del Rayo. El Elche no pudo salir y la defensa y Dimitrievski apenas tuvieron algún apuro, que les vino bien para quitarse el frío y no mutar a estado sólido.
Las individualidades jugaron para el conjunto; sin punta por lesiones y bajas, Iraola planteó una táctica ordenada, solidaria y gestionó bien los cambios. 2-0 contra un Primera División, jugando como un Primera División.
ENVUELTO PARA REGALO
Las manos en la cabeza.
Ahora respiramos tranquilos, pero ese Rayo capaz de lo mejor y de lo peor, hoy se vio en los goles que no fueron y que por suerte quedan en anécdota, no en lamento.
Fallos clarísimos en el primer tiempo. La figura del Elche ha sido Ruso Rodríguez, el portero, que salvó por lo menos cinco ocasiones muy claras. Las dejó en casi gol.
A tomar nota para el futuro muy cercano: martes.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Fintas de Trejo y Bebé para rato.
Trejo es distinto, y cuanto más participa, más distinto es el Rayo. Hoy ha sido el timón hasta que el partido estuvo decidido y fue mejor guardarlo. En Las Rozas hemos visto un Rayo sacrificado, que cuando se equivocaba corría para enmendar el error. El equipo metió el pie, fue al choque, no caminó. Creo que si no hubiera ganado por jerarquía futbolística, lo hubiera hecho por prepotencia. Fútbol y voluntad, eso fue el Rayo, y cuando se unen ambas cosas, el Rayo es indestructible.
Bebé estuvo cerca de completar su primer partido, marcó un gol y pudo marcar dos más (jugadas fotocopiadas, con disparos que dieron del lado exterior de la red).
El ojo se lleva la danza de Trejo y la presencia larga de Bebé. Qué lindo es verlo marcar y hasta verlo fallar.
LA BOTELLA MEDIO LLENA.
En octavos y con autoridad.
El Rayo avanza en la Copa del Rey con paso firme. Atrás quedó el mejor rival y el frío bajo cero de una noche que hubiera tenido que ser día.
Adelante, están los problemas que todos conocen entre los jugadores y el club. Pero también la liga y la próxima eliminatoria.
La botella medio llena es un grito optimista, y por supuesto invita a que nos ilusionemos. ¿Distancia? ¿Estadios vacíos? ¿Temperaturas muy bajas? Solución: la cercanía y el calor de la Franja.
EN DEFENSA DE…
El equipo, dentro del campo y fuera de él.
Es una pena no estar ahí para agitar la bufanda, saltar, cantar y cruzar miradas con los jugadores. También, para mostrarles nuestro apoyo por lo que están viviendo fuera del campo y agradecerles por lograr que no se note cuando juegan. Esa profesionalidad, de la que hablan en el comunicado, significa que los colores están por encima de todo: de nombres, números y malas decisiones. Un grupo de jugadores con problemas que han denunciado, hoy fue un equipo de fútbol que, mientras el partido existió, supo dejar todo en suspenso: el viaje de circo a Mirandés, los ERTES impagos, los incumplimientos de las medidas antiCOVID, las penosas decisiones con el Rayo Femenino, la tercera ola, vacunas, la nevada, tanta basura en las calles, el futuro, otro posible confinamiento, la subida de la luz y el Elche.
Gracias Rayo porque hoy, durante esos 90 minutos, descansamos del mundo.
Hasta el próximo Pase Corto. ¡Fuerza Vallecas y aúpa, Rayo!