Rafa Fernández/@rafaffernandez – Foto: Abc
Andrés Martín ha sido la gran sensación del Córdoba CF en su horrible temporada 2018-2019, además de uno de los descubrimientos en LaLiga 1|2|3. Es un jugador absolutamente prometedor, capaz de echarse al equipo a la espalda en los peores momentos con apenas 19 años.
Su historia futbolística es curiosa. Natural de Aguadulce, pero no de Almería, sino de Sevilla, no es un producto forjado al cien por cien en la cantera del Córdoba, que lo incorporó cuando actuaba en el juvenil del Antequera. Tras pasar por el equipo cordobesista de Liga Nacional, empezó a adelantar etapas. El año que debía vivir en el División de Honor lo pasó en gran medida jugando con el Córdoba B en Segunda B, en la temporada 2017-2018. Ya entonces empezó a dejar destellos de lo que podía ser, con capacidad para cambiar partidos desde el banquillo y de marcar diferencias.
Esta campaña ocurrió un poco igual. A pesar de que el club creyó en él y en verano le ató con un contrato largo y le mejoró la ficha hasta unos 1500 euros mensuales, tenía ficha con el Córdoba B. En la pretemporada fue uno de los primeros descartes del entrenador que había elegido el Córdoba, Francisco y tuvo que ser con la llegada de Rafa Berges a la dirección deportiva y ante las necesidades del club cuando se le diera rol de jugador de la primera plantilla.
Regresó al trabajo de preparación de la campaña, ya con Sandoval, pero curiosamente el de Humanes vio en él a un jugador con el que tener paciencia. A pesar de que en su primera titularidad, en Copa, ya marcó, y ante el Dépor un gol suyo en el descuento le dio algunos partidos más a su entrenador, para el madrileño no pasó de hombre de recambio. Fue Curro Torres el que más claramente vio su potencial y apostó por él, algo que prolongaría luego Rafa Navarro.
Con minutos, Andrés empezó a brillar con luz propia. Su desparpajo era absoluto, con una gran capacidad de disparo y también para resolver en acciones de uno contra uno ante la portería. Los palos evitaron varias veces que su cifra creciera más allá de esos siete tantos aportados entre liga y copa, aunque tuvo que buscarlos desde varias posiciones. Hubo duelos en que actuó de punta nato, pero también como extremo derecho y mediapunta.
Quizá desde esas posiciones ha llegado el gran descubrimiento de Andrés. El sevillano es capaz no sólo de anotar, con ambas piernas por cierto pese a ser zurdo, sino de encontrar espacios entre las defensas como pasador, tanto como ‘diez’ como cayendo por ambos costados del área. El Rayo se lleva un gran prospecto de jugador, aunque habrá que ver si pasado el efecto sorpresa puede seguir dejando tantas pinceladas como ofreció como blanquiverde, donde fue de lo poquito salvable de un equipo más parecido a una ruina que a cualquier otra cosa.