LA ESCUADRA
¡No! ¡Un pellizco para cada aficionado del Rayo Vallecano, por favor! ¡Despertad de la pesadilla! Es increíble como, últimamente, cada partido hasta el minuto 75 es un valle repleto de flores y césped, con conejitos correteando entre la hierba y un sol cegador en el cielo. Y más increíble aún es que, en el último momento, un incendio desolador arrase con todo. Que me lo expliquen.
Ir ganando al Villarreal es dificilísimo. Hacer lo propio con el Barça es casi misión imposible. Tirar eso a la basura es, cuanto menos y dicho con palabras suaves, doloroso. Y no sé por qué tengo la sensación de que estas cosas sólo le pasan al Rayo. Trato de buscar razones futbolísticas, y las encuentro (debilidad en defensa, sobre todo en centros laterales; poca contundencia, etc.) pero no me parecen suficiente.
Ahora llega el Valencia. Una pareja de baile de esa que te pisa los pies a cada paso que da. Un caballo difícil de domar. Un pez escurridizo de los que no se deja pescar… Estoy a tope con las metáforas. Vamos, que el reto es de altura.
Y mira por donde, veo al equipo capaz de eso y de mucho más. Optimista por naturaleza, oiga. Calidad le sobra y el estado anímico de los ches, aunque es un arma de doble filo, creo que beneficia más que perjudica.
Rayito, ponte por delante. Vuelve a plantar el césped en la pradera y trae a los conejitos. Y cuando llegue el incendio del minuto 75, saca la manguera. Porque si lo del sábado sale bien, el punto de inflexión es claro. Para arriba con un cohete en el trasero.