Corría el minuto 67 de partido entre el Alavés y el Rayo Vallecano cuando una jugada polémica en el área del cuadro vasco pudo cambiar el rumbo del partido. Un disparo desde la frontal del área hacía saltar la polémica y las protestas de los jugadores franjirrojos.
El balón golpeaba el brazo de Tenaglia y salía repelido a córner. Automáticamente todos los jugadores del Rayo se dirigieron al árbitro, Martínez Munuera, para pedirle penalti. El árbitro decía que no había pasado nada, ni siquiera hizo la señal de VAR tocándose el pinganillo de la oreja. No había nada.
El partido en ese momento iba 1-0 para el Alavés tras el gol que había anotado Joselu minutos antes, en un partido igualado que hasta ese momento se había desnivelado en favor de los vitorianos.