EDITORIAL
Nery Castillo, Cissé, Nicki Bille, Sueliton, Botelho… Podríamos hacer una lista enorme de jugadores que pasaron por la Franja sin pena ni gloria. Y algunos cobrando un pastizal. Algunos no conocían al Rayo Vallecano antes y vinieron a vivir la vida a Madrid.
Y tampoco es que estos jugadores dejasen huella en la afición. Tampoco fueron señalados (que no es lo recomendable). Algunos seguro que pensaron que no se vio su potencial por culpa del entrenador de turno.
¿Pero qué pasa con los canteranos? ¿Porque se les exige tanto o más? Ojo, tanto en el club (es muy complicado que se les de una oportunidad) como en la afición (que cualquier fallo sirve para decir que no valen y no están preparados.
Ahora nos centramos en el caso de Martín. Un jugador que pasó algo INAUDITO, jamás visto, en la historia del fútbol. Ese chico era para que no volviese a jugar. No porque no tuviera condiciones. Que las tiene y mucho. Sino porque hay muy pocas personas que aguanten esa presión. Él demostró una ‘cabeza’ enorme regresando y haciendo dos partidazos ante dos Primeras: Villarreal y Betis.
Cuando todo está olvidado. Este finde en Riazor Martín comete un error en el 1-2. Como Catena-Luna en Cádiz o como casi toda la defensa en el 2-2 ante el Depor… Pero las críticas se centran en Martín. Y por un penalti… ¡qué no fue! Seamos serios. No se empató en Riazor por culpa de Martín.
Está claro que lo de Fran Beltrán hizo daño en su día a la cantera. Pero hay que estar en cada pellejo para comprender. Los colores muchas veces no sostienen falta de cariño y valoración por parte de tu propio club. Martín lleva jugando todo el año con salario del filial siendo miembro del primer equipo cuando se le prometió una mejora al pasar a formar parte del equipo de Paco Jémez al comienzo de temporada. Y no ha dicho nada. Otros, ídolos en el Rayo, forzaron su marcha esta temporada para poder salir a clubes de Primera. Respetable, pero algunos prefieren criticar a Martín.
¿Por qué se les exige tanto a los canteranos? Porque queremos que todos sean Coke, Negredo o Fran Beltrán a los cuatro partidos. Lo normal es lo que le ocurrió a Joni. O otro ejemplo: Míchel. Quien debutó con 18 años pero hasta los 23 no fue un asiduo y tuvo que pasar por alguna cesión. Paciencia y maduración. La afición debe ser consciente que los jugadores jóvenes fallarán y seguirán fallando. El propio Saúl tuvo que fallar en el Rayo para ahora triunfar en el Atlético. Ojalá un Rayo con 11 Martín (canteranos) en un futuro.