De una tacada, ese Jekyll and Mr. Hyde que es el Rayo Vallecano se quitó tres losas de encima. La primera, el complejo de Santo Domingo, donde no ganaba desde 2007; la segunda, el agujero negro de puntos que estaban dejando las recientes salidas de Vallecas; y tercera, el vértigo de haberse visto durante unas horas fuera del playoff. Porque la victoria de la Ponferradina sobre el Almería (2-1) había sacado a la Franja de la promoción… Pero ella hizo de la coacción, virtud. Y ese verse contra las cuerdas fue taurina para un equipo que goleó y controló el partido para firmar tres puntos de oro.
Mario Suárez abrió la lata muy pronto: centro de Bebé a balón parado y cabezazo del mediocentro, que prolongó para batir a Dani Jiménez. Sonreían los de Iraola, que vislumbraban un horizonte clareado. Y aún más bonito cuando Qasmi, que había sido la bomba en la alineación sentando a Guerrero (al cual el crédito parece habérsele acabado), hizo el segundo. Galopada espectacular de Advíncula por la derecha para acabar sirviendo un melón al segundo palo, de esos que parecen imposibles de rematar, pero no para Qasmi. El tanque de Pontoise se elevó en el segundo palo y fusiló al portero, mandando callar en la celebración.
Le quedaba faena sencilla al escuadrón de Iraola: con un 0-2 a favor sólo tienes que mantener las líneas, no tomar riesgos y abstenerte de cometer errores. Pero el Rayo es incapaz de aguantar 90 minutos sin tropezar, y tuvo que dejar su pildorita particular a los 2 minutos de la segunda parte. Error (o posible falta) de Fran García, pase de la muerte de Barbero y gol de Marc Gual. Festejaba el Alcorcón, que se convertiría en amargura cuando el VAR trazó la línea y se lo anuló por fuera de juego. Centímetros, la imagen es espectacular. Y en directo no pareció, pero lo estaba.
Hubo muy poco del Alcorcón en ataque, y absolutamente nada del Rayo. Los alfareros no se recuperaron del mazazo anímico que había supuesto el gol anulado y acabaron ahogándose en un tramo final monótono y frío. Fue una segunda parte verdaderamente sosa, pero eso, aunque levanta alergias en el espectador neutro, es lo correcto cuando vas ganando. Matar el ritmo, que no pasen cosas y, sin embargo, que sí pasen los minutos. Dimitrievski intervino para evitar un remate raso desde la frontal en el último cuarto de hora. Y poco más. Para que se hagan una idea, el Alcorcón acabó el partido con 1 sólo disparo a puerta, el que se acaba de citar. Y la puntilla la puso Isi, el más pequeño de la clase, con el 0-3 de cabeza. Ya era el 92′. Fue un triunfo plácido para el Air Force Rayo. Tres cabezazos y tres puntazos.
La victoria permite al equipo recuperar la sexta plaza y cercar a Sporting, Leganés y Almería, pues todos ellos han patinado esta jornada, siendo el de Iraola el único equipo de playoff que ha sumado 3 puntos esta semana. Tras tres pinchazos seguidos a domicilio, llegó la ración de cal, de oxígeno. Y ahora el calendario marca dos partidos seguidos en Vallecas (primero ante Mirandés y después, contra el Sporting). Bebé, en palabras a Unión Rayo, advirtió que una buena racha podía asomar al equipo, de nuevo, al ascenso directo. Llámenlo ambición o llámenlo demencia, pero los próximos 6 puntos apuntan a valer mucho más que eso. Santo Domingo dio puerta a los fantasmas. Borrón y cuenta nueva.