Alegría, rabia, incredulidad,.. son algunos de los adjetivos que las jugadoras del Rayo Femenino sintieron tras ganar al Atlético de Madrid en el Cerro del Espino el pasado sábado. Algo que el Atleti no ‘saboreaba’ desde hace 560 días. El sabor de una derrota. Se dice pronto. El encargado no fue ni más ni menos que el equipo de Miguel Ángel Quejigo.
Se ganó a un equipo profesional. Que podría multiplicar por cinco (como poco) el presupuesto de las rayistas. Un gigante hecho para ganar un campeonato ante un equipo hecho para salvarse que supera las expectativas cada temporada para luchar por estar en la Copa de la Reina. Un profesionalismo que tarda en llegar al Rayo Vallecano, a pesar de ser la sección más laureada de la historia de la Franja.
Se ha mejorado y se ha avanzado; eso sí gracias a LaLiga y el patrocinio de empresas como Iberdrola; pero el camino aún es muy grande. Lo que el sábado ocurrió es un milagro convertido en una superhéroe llamada Alicia y la fe ciega de una plantilla unida. Estas jugadoras tiene el respeto de toda la afición vallecana y desde hace muchos años lo merecen también del club rayista.
Humildad en las buenas y en las malas
Al inicio de este artículo ponía la palabra ‘rabia’. Y es que las rayistas son un equipo grande en historia; pero ahora, no pequeño, sino humilde en la categoría. Ha sufrido en los últimos años algunos menosprecios. Pero la venganza suele servirse en un plato frío.
El sábado las rayistas celebraron a lo grande un triunfo sin buscar que a la vez dejaban tocado a un rival que les dejó fuera de la Copa la temporada pasada. La venganza de Matapiñonera se consumaba y la alegría de las chicas era palpable.
Pero el triunfo siempre dentro de la humildad que siempre les ha caracterizado. Respetando al rival. Guerreras que se dejan todo en el campo y ante todo humildes. Clave del éxito de este grupo joven capitaneado por Ali y Natalia. Quizá la mayoría no pueden ser profesionales del fútbol, pero son profesionales del corazón humilde que bien representa la barriada de Vallecas.
Ahora toca el Barça. Rayo Femenino, seguimos soñamos despiertos.