En Unión Rayo, hemos querido homenajear a todos los rayistas que han fallecido este año 2020 dedicándoles unas gratas palabras a todos ellos para que no caigan en el olvido.
El exjugador del Rayo Vallecano Ignacio Bordons falleció en septiembre a la edad de 78 años. A día de hoy, este es el sexto jugador del Rayo con más partidos en la historia de la entidad franjirroja. El delantero catalán es uno de los seis futbolistas que ha superado la cifra de 300 partidos, más concretamente 302 partidos.
Ignacio tan solo está superado por Cota, Míchel, Uceda, Felines y Alcázar en jugadores que más partidos han disputado con la franja. Este atacante estuvo ocho temporadas (1968-1975) defendiendo la camiseta franjirroja, todas ellas en Segunda División, y anotó un total de 32 goles.
Su recuerdo en Vallecas está muy vivo. De hecho, el club vallecano guardó un minuto de silencio ante el Málaga C.F. en el Estadio de Vallecas en su honor. Numerosas fueron, además, las muestras de cariño de la afición franjirroja por su entrega en el Rayo Vallecano.
Antonio Anero asegura que no estuvo con Ignacio mucho tiempo y había una diferencia de edad considerable que provocaba que no fuese un íntimo en el vestuario. Sin embargo, Antonio asegura que: “Ignacio me aportó muchas cosas positivas en mi trayectoria deportiva”.
“Era una persona positiva, de muy buen carácter. Jamás le recuerdo estar enfadado, ni hablar mal a nadie del equipo. Siempre me trataba con respeto y de forma cariñosa, al igual que al resto de compañeros del equipo. Yo le respetaba mucho, era un fantástico jugador y un gran profesional”, manifiesta el propio Antonio.
Esta leyenda del rayismo nos ha querido transmitir la característica principal del carácter de Ignacio, el cual era la inocencia. “A día de hoy, me sigo riendo con algún recuerdo suyo. Era un señor entrañable y se integraba a la perfección en el vestuario”
Por último, ha querido destacar la importancia de Ignacio en la entidad franjirroja con el siguiente mensaje: “Demostró su talento en el Rayo Vallecano siendo titular en la mayoría de temporadas que jugó en Vallecas. Era un jugador con llegada y mucho gol, era muy querido en el barrio”. Una declaración que refleja la enorme pérdida que supone el fallecimiento de Ignacio para el rayismo.
Su nieto, Dani, nos deleitó en mayo con estas sublimes palabras. Gracias a su abuelo, él descubrió a la entidad franjirroja y compartió esta pasión con él durante muchos años. Bendita locura.
Muchos recuerdos se agolpan en su cabeza, junto a él. “Aún recuerdo cómo llegábamos al Estadio y me sentaba en una de las barandillas de la grada de la Albufera“, relata el joven aficionado. Era una persona muy enérgica, que vivía cada minuto del partido como si fuera el último, y así nos lo hizo saber con la siguiente anécdota:
“Todavía tengo en mi cabeza el día que el arbitró expulsó a Botella en el córner de la grada de Arroyo del Olivar y, mi abuelo, se levantó como un auténtico ‘hooligan’ a protestar la acción. No le reconocí”.
D. Tomás siempre acudía al Estadio con el periódico bajo el brazo, para leerlo en los descansos y, también, a modo de impermeable, para tapar a su nieto de las inclemencias metereológicas. Un objeto multiusos del que siempre hacía buen uso.
El rayismo ha estado muy presente en toda su vida. La ‘franjirroja’ le atravesó el pecho desde muy pequeño y ha estado ligado al club en los momentos más duros y gratificantes del conjunto vallecano.
Lágrimas, llantos, risas y demás sentimientos análogos le ha hecho experimentar el fútbol y, más concretamente, el Rayo Vallecano. El club franjirrojo ha marcado su vida hasta el pasado mes de Marzo. Una pasión que le ha acompañado de principio a fin.
Este transmitió la pasión por la franja a sus generaciones posteriores, sus valores y el sentir del barrio vallecano. No cabe duda de que es un auténtico referente para todos sus familiares y amigos. Su recuerdo será imborrable para la gente que verdaderamente le conocía. Descanse en paz.
“Mi padre fue siempre fiel seguidor del Rayo, su vida era el Rayo Vallecano”. Este es el testimonio de Carmen, hija de Rubén Urbano, quién no pudo despedirse de su familiar por el período de confinamiento. Este se encontraba en el hospital y, por ende, no pudo llevarle el regalo que le había comprado para el día del padre. Un cojín franjirrojo que, por desgracia, nunca llegó a su destinatario.
La pasión franjirroja corría por sus venas. Desde los cinco años de edad, Rubén Urbano se asentó junto a su familia en uno de los pisos de la Calle Teniente Muñoz Díaz, que se encuentra en los aledaños del Estadio de Vallecas. A través de su ventana, apreciaba todos los partidos de ‘su’ Rayito, independientemente de si hiciera frío o calor. Este gritaba por la ventana y a todo pulmón los goles del conjunto franjirrojo. Un ‘loco’ de la franja.
No se perdía ningún partido. Pasó más de 35 años viendo cada partido desde su hogar. Después de casarse, se mudó de casa, pero no de edificio. Se instaló tan solo tres pisos más abajo, pero en el mismo edificio, para seguir viendo cada partido de la franja en primera línea.
Al cabo de unos años, se mudó, por desgracia, a otro barrio cercano, pero nunca dejó a ‘su’ Rayito de lado. Junto a su hijo, se abonó al Rayo Vallecano y, disfrutaba del equipo desde la Tribuna Alta Preferente. Ahora tenía unas mejores vistas de ‘su’ Rayito.
El día que Carmen, hija de Rubén Urbano, nació, este tampoco falló a su cita futbolera. Casualidades de la vida, el nacimiento de Carmen fue un domingo de 1989, por lo que el Rayo Vallecano disputó su partido liguero ante el Real Valladolid que, Rubén Urbano, contempló desde su ventana. Asimismo, el día que nació su hijo, David, aquel con el que siempre acudía al Estadio de Vallecas para ver a “su equipo”, le compró una mini-equipación rayista y le abonó desde el primer momento, para que así pudiera seguir sus pasos.
Rubén Urbano acudía al Estadio con toda la ilusión del mundo para ver a su equipo cada fin de semana. Tenía una memoria prodigiosa, pues se sabía el puesto de clasificación del Rayo Vallecano de todas las temporadas, las alineaciones de cualquier partido, así como obra y milagro de ‘sus’ jugadores. Este no se conformaba con una sola dosis de fútbol y, por eso, acudía a los recintos deportivos cada vez que podía para ver a las categorías inferiores del Rayo Vallecano y, también, al Rayo Femenino.
“Una noche, un gran amigo de mi padre, estaba en un bar cerca del Estadio de Vallecas, vio entrar al lugar a directivos y exjugadores del Rayo Vallecano. Rápidamente llamó a contárselo a mi padre que estaba en su casa tranquilamente y no dudó en acudir al sitio para poder verles. Estaban celebrando el 40 aniversario de la primera vez que el Rayo subió a Primera. Se hizo multitud de fotografías con ellos y compartió numerosos recuerdos de aquellos años, que ni ellos mismos se acordaban“, relata Carmen.
Rubén Urbano trabajaba con el ordenador a diario y, lo primero que hacía siempre, era meterse en la página web del Rayo Vallecano para repasar la actualidad de ‘su’ equipo y no perderse ningún detalle.
“Sonó la canción del Rayo de Ska-P en mi boda, sí“. Carmen se casó hace tiempo y preguntó a su padre alguna canción que quisiera que sonara en este acontecimiento tan especial de su hija. No lo dudó un momento. El sentimiento rayista se tiene que extender a cualquier circunstancia.
El último partido que Rubén Urbano disfrutó del Rayo Vallecano como visitante fue ante el CD Numancia, en Soria. El maldito día 22 de marzo, Rubén Urbano falleció a causa de una enfermedad crónica. “Había estado sedado e intumbado, pero cuando le despertaron, lo primero que hizo fue preguntar por la clasificación de Segunda División. Estaba deseando salir del hospital para poder volver a su vida normal. En la UCI, mi hermano David y yo le poníamos desde el móvil todas las páginas del Rayo para que estuviese informado“. manifiesta Carmen sobre su padre.
Un domingo amargo para este gran aficionado al balompié. Tocó decir adiós a este seguidor franjirrojo con todo el dolor de nuestro corazón. Este fue enterrado en la zona nueva del cementerio de Vallecas, justo enfrente de la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano. Sin duda alguna, un rayista hasta la médula.
El socio número uno del conjunto vallecano Antonio Sánchez Berenguer falleció el martes 3 de marzo; según informó Matagigantes. Abonado desde 1947, Don Antonio fue fiel seguidor del equipo rayista y vivió con pasión el amor por los colores del equipo franjirrojo.
Antonio fue homenajeado en 2016 por la Peña Rayista 2004 quien se acordó de los socios más veteranos del club franjirrojo. Sin duda alguna, una noticia negativa para todo el rayismo.
El exentrenador, director deportivo y exjugador del Rayo Vallecano Máximo Hernández falleció la madrugada del 22 de marzo a los 74 años de edad.
El exfutbolista, nacido en Madrid, se formó en la cantera del Real Madrid, pero sus primeros pasos profesionales fueron en Vallecas. El defensor jugó cinco temporadas en distintas etapas (del 65 al 68 y del 72 al 74) disputando 173 partidos con la Franja en Segunda División. Llegó a ser internacional sub-21 en tres ocasiones. Celta y Sporting sería sus ‘otros equipos’.
Como entrenador también dirigió al Rayo Vallecano en sus inicios aunque no tuvo mucha fortuna. Apenas dirigió ocho jornadas de la temporada en el que el Rayo descendió a Segunda B en la temporada 83-84.
En los años 90 regresó a Vallecas y se convirtió en un hombre de club. En la temporada 96-97 cogió al equipo en las últimas jornadas aunque no pudo evitar el descenso a Segunda. Al año siguiente ejerció de director deportivo del equipo franjirrojo y cogió al equipo de nuevo durante dos jornadas. Hernández recomendó a los Ruiz-Mateos el fichaje de Juande Ramos; quien devolvería al Rayo a Primera y lo llevaría hasta la UEFA.
El exjugador del Rayo Vallecano Gregorio ‘Goyo’ Benito falleció a los 73 años de edad. El futbolista nacido en Puente del Arzobispo (Toledo) jugó dos temporadas (1966-67 y 1967-68) en Vallecas disputando 47 encuentros con la Franja en Segunda División.
El defensa jugó cedido por el Real Madrid donde luego se convertiría en leyenda del equipo blanco con más de 400 partidos. Volvería al Rayo en los años 90 cuando José Antonio Camacho lo trajo al club (secretaria técnica).
Por otro lado, Miguel Ríos ‘Miguelín‘, defensa del Rayo Vallecano en los años 50, falleció el pasado 31 de marzo debido al coronavirus a los 89 años de edad. Jugó en el equipo madrileño entre 1950 y 1955.
Santiago Martín Marcos, padre del presidente del Rayo Vallecano Raúl Martín Presa, falleció a mediados de año a los 84 años de edad debido al coronavirus.
El club vallecano informó de la triste noticia a través de un tweet informativo del fallecimiento del padre del mandatario franjirrojo y de su hermano Alfonso, miembro del Consejo de Administración del club rayista.
El exjugador del Rayo Vallecano Fermín Martínez falleció el lunes 20 de abril a los 80 años de edad. El exfutbolista cántabro defendió la portería del Rayo Vallecano en dos temporadas. Una en Tercera y otra en Segunda División.
Fichó por el Real Madrid quien lo cedió al club vallecano en la temporada 1962-1963. Seis años después regresó a Vallecas para jugar en la categoría de plata jugando tres partidos en la campaña 1968-1969. Racing, Oviedo, Pontevedra y Burgos fueron sus otros equipos.
El exjugador del Rayo Vallecano Javier ‘Ico’ Aguilar falleció el lunes 11 de mayo a los 71 años de edad. El mítico exfutbolista del Real Madrid y Racing de Santander se retiró en Vallecas tras la disputa de la temporada 1982-83.
El extremo llegó al Rayo en su última etapa como jugador procedente del Sporting. En el Rayo jugó dos temporadas donde disputó 73 partidos y anotó 18 goles en Segunda División. Tras retirarse continuó ligado al fútbol siendo entrenador y dirigió a equipos como la RSD Alcalá y Logroñés.
El ex jugador del Rayo Vallecano José Luis Suárez Conde ‘Romasanta‘ falleció en octubre a los 77 años de edad, por enfermedad de COVID-19; según informó La Voz de Galicia.
El delantero jugó en el Rayo Vallecano una temporada cedido por el Real Madrid en la campaña 1962-1963 cuando el equipo militaba en Tercera División. En aquella temporada el Rayo jugaría el playoff de ascenso a Segunda pero caería ante el Badalona en una doble eliminatoria.
Su amigo José J. Vázquez ha escrito en la Voz de Galicia este párrafo sobre su paso por el Rayo: “Se convirtió en el héroe de Vallecas, por sus espectaculares remates y los numerosos goles que consiguió durante el año de su cesión. Después, la mili truncó su ascendente carrera y, aunque siguió jugando al fútbol en equipos como Langreo o Huesca, nunca volvió a ser como aquel Romasanta que todavía hoy recuerdan en Vallecas”.
Romasanta, natural de Ourense, no llegó a debutar con el Real Madrid y jugó en equipos como Salesianos, A.D. Couto, C.D. Orense, Huesca o Langreo. En este último llegó a jugar en Segunda División donde anotó dos goles en 12 partidos.