
Se estrenaba el Rayo Vallecano un domingo a las 12:00h. En el catálogo de las ‘finales’ que deberán afrontarse hasta junio la del Elche estaba señalada en negrita. Por ser un rival directo y porque el calendario agoniza.
Fue una mañana plagada de homenajes. El primero, a Don Antonio Sánchez Berenguer, socio número 1 de club recientemente fallecido. Abonado desde 1947, se le dedicó una pancarta, un ramo de flores y apenas 40 segundos de silencio. Silencio relativo, dichosa la costumbre de adornar con música lo que debería ser, como bien el nombre indica, silencio.
Sobre el verde, una tragicomedia. La clasificación dejaba todo en un puño, el Elche era sexto con 43 puntos, marcando el playoff, tres por encima del Rayo. Era ganar, ganar o ganar.
Empezó superior el conjunto de Paco Jémez, apostando por la intensidad. Fueron 45 minutos de monólogo vallecano culminados con el gol de Mario Suárez desde los 11 metros.
Luna envió un balón desde la izquierda que Dani Calvo tocó con el brazo al intentar despejar. Clarísima. El ‘4’ fue a por el cuero, lo colocó con mimo y mandó al fondo de la red con un chut a media altura a su izquierda. Festejaba Vallecas. Pero quedaba mucho.
En el intermedio el Estadio de Vallecas rindió homenaje a la mujer. Decenas de jóvenes de todas las edades, en representación de las disciplinas femeninas, dieron la vuelta al verde ante los aplausos de las gradas. Un momento memorable y de los que hacen marca. Puro Rayo.
Tras el paso por los vestuarios el Rayo hizo una oda a la caraja, al como se puede tirar por la borda en apenas 15 minutos todo el trabajo de una gran primera parte. Primero, regalando un centro desde la izquierda que remató a placer Óscar Gil y segundo, con una patada sin posibilidad de jugar el balón de Isi a Fidel que dejaba con diez a los suyos.
El cuento no terminaba ahí. Sobrepasando el ecuador de la segunda parte llegaría el capítulo más surrealista. Dimitrievski y Catena chocan al ir a por un balón, dejando a merced de Pere Milla la remontada ilicitana. Se hundía el buque mientras sonaba sinfonía de viento.
Jémez puso el todo por el todo, situando un 3-4-2 con Andrés Martín, De Frutos, Montiel, Juan Villar y Qasmi en el campo. Una fórmula suicida sin resultados.
El Elche manejó los tiempos y, aunque Mario Suárez la tuvo desde el corazón del área, Dani Escriche acabaría sentenciando tras recibir un pase de la muerte. Imposible para Dimitrievski.
Montiel maquinaría el marcador con un golazo rondando el descuento. Los últimos minutos recordaron el verdadero espíritu del barrio, con un equipo valiente, vivo y peleando por el tercero. No llegaría.
Eso sí, habría polémica. Catena, en el último minuto, era empujado por detrás cuando entraba a rematar un balón casi en la línea de gol. No lo señaló el colegiado; no entró el VAR. Incredulidad en Vallecas.
La derrota deja al Rayo a 6 puntos del playoff, perdiendo el golaverage con el Elche y con la visita a Cádiz la próxima semana. El Santa Inés escasea en provisiones mientras navega sin encontrar orilla. Se acaban los cartuchos para un ascenso cada vez más utópico.
Al Rayo no sólo le falta locura; también le falta franja.
