La filosofía de juego del Rayo Vallecano está clara. El balón es el protagonista y hay que tratarle bien. Se saca jugado, se triangula y se intenta llevar el peso del partido. Además, en defensa, la presión tras pérdida es fundamental y y en ella debe participar todo el equipo como un bloque. Pero esto no se limita al primer equipo, sino que se trata de reproducir en toda la cantera franjirroja.
El mayor ejemplo de esta ‘copia’ es el del Rayo Vallecano B de Luis Cembranos. El 4-3-3 es idéntico, con un pivote por delante de la pareja de centrales (Jean Jules haciendo de Fran Beltrán) y dos volantes acompañando en el centro del campo. Arriba, un mediapunta con mucha llegada por detrás de los dos delanteros.
Embarba – Raúl de Tomás vs Sergio Benito – Sergio Moreno
En esta línea de ataque si habría una pequeña diferencia si se toma en cuenta el último partido del filial frente al Tres Cantos, donde dos arietes puros formaron pareja, Sergio Benito y Sergio Moreno. Por contra, en el primer equipo es Embarba el que acompaña a Raúl de Tomás, con una movilidad desbordante cayendo continuamente a ambas bandas y sin quedarse estático en ningún momento. En el filial es Adrián Carrasco quien cae a la banda.
La consecuencia de este estilo de juego es una productividad ofensiva bastante aceptable. 36 goles en 22 partidos acumula el Rayo Vallecano B mientras que el primer equipo es el segundo equipo que más goles anota de La Liga 1/2/3 con 42 tantos, solo por detrás del Valladolid (45).
Míchel es un fiel defensor de aplicar la metodología del primer equipo al resto de equipos de la cantera. Durante años el actual técnico del Rayo Vallecano fue director de metodología en el fútbol base rayista.