
Pocos como él saben lo que es la presión. La temporada pasada, Sergio Moreno, máximo goleador del equipo y de la categoría, se marchó del Rayo Vallecano Juvenil A para jugar en el filial de Luis Cembranos, y toda la responsabilidad cayó sobre Killer. Sustituirle era una misión muy difícil… pero cumplió con creces. Terminó el curso con 7 goles y 7 asistencias.
Con sus actuaciones, se ganó una ficha en el Rayo Vallecano B en el curso 2018-19 y, ahora, tendrá la oportunidad de seguir demostrando lo que vale. ¿Su mejor cualidad? La entrega y la garra. Es un jugador muy trabajador, que lo deja todo sobre el verde. Podrá fallar, pero jamás se le puede reprochar que no lo intente. Además, destaca por su buen juego aéreo y su velocidad.
Empezó a jugar al fútbol 11 en infantil de segundo año en el Zona Norte. Venía del fútbol sala, del equipo de su colegio y, después, le fichó el Unión Adarve. Allí estuvo tres años hasta que Llamó la atención del Rayo Vallecano, que no tardó en ficharle. Suele jugar de delantero centro, pero también puede jugar por la banda.
Como curiosidad, también ha jugado como mediocentro defensivo y tiene la manía de repetir a lo largo de la temporada lo mismo que hace en el primer partido. Queda muy poco para que comience la competición y en sus botas estarán muchas de las opciones del Rayo B de marcar goles.
