LA ESCUADRA
Como esa camiseta XL que te pones cuando tu talla es la M. Te sobra por todos los lados. De vez en cuando aprendes a llevarla, la vistes cuando vas a la peluquería, a comprar el pan o a dar un paseo y oye, no te queda tan mal. Es cómoda y así, holgada, tienes ese aspecto desenfadado y atrevido que tanto te gusta. Sin embargo, a la larga, no deja de quedarte grande. Tienes que ir al cine, al trabajo o a cenar con tu familia. Tratas de recoger lo sobrante, meter el dobladillo y disimular. No hay manera. Tu talla es la M. O vas al gimnasio y ensanchas, o no tienes nada que hacer.
El Rayo desciende, resignado y con tristeza. Pensando en lo que pudo ser y no fue. Toca trabajar… trabajar mucho. E invertir, como se ha encargado Paco Jémez de recordar hasta la saciedad. Así, la próxima vez que se ascienda, quizá se tenga un proyecto duradero e ilusionante. Quizá entonces la talla XL le quede al Rayo como un guante.
Todos y cada uno de los rayistas tienen sus preferencias en moda. A unos les gustan más los modistos sobrios y serios, con tejidos oscuros y funcionales. Otros tiran más por diseños alegres, con colores vivos y atrevidos. Todos diferentes y todos válidos. Lo importante es conseguir que el Rayo pueda vestir la XL sin temor al ridículo.
Mi punto de vista es que Paco Jémez es capaz de dar las mejores puntadas. Me gustan el estilo y el carácter que desprenden sus creaciones. Eso sí, necesitará telas a la altura y buenas agujas que le permitan afrontar el mayor de los retos: el diseño definitivo que devuelva al Rayo al lugar que todos desean.