El Rayo Vallecano B volvía después del parón con el objetivo de salir del pozo en el que se encuentran después de un mal comienzo. Iba a atacar primero el RSC Internacional poniéndose 0-2 pero en el descanso consiguieron el empate. En la segunda mitad consiguieron la goleada a pesar de que terminaron con un jugador menos.
La ansiedad generada por el equipo se materializó en un mal comienzo de partido. Los errores en defensa fueron clave y un disparo de Jeremy sirvió para abrir el marcador. Pantoja tocó el balón pero no pudo desviarlo. Después del gol, que era la primera ocasión, el Rayo buscó la reacción.
Desde el primer gol del partido el equipo de Amaya contó con más llegadas pero no servían para generar ocasiones. Diego Méndez tuvo la más clara pero no llegó y encima tuvo que terminar el partido con una herida en el glúteo. Un fallo en la salida del balón del Rayo significó el segundo del RSC que Víctor convirtió.
Desde ahi llegó la reacción efectiva del Rayo B, que siguió llegando pero buscó hacerlo con más peligro. En un balón parado Jaime encontró el balón en el interior del área y acortaba distancias. El filial quiso más y cuando se acercaba el descanso llegaba el empate. Diego Méndez se inventaba un disparo desde la frontal que servía para rescatar el punto momentáneo.
Con eso iba a terminar la primera mitad pero no el partido. Amaya movió el banquillo en la segunda parte en busca del gol que les devolviese la sensación de los tres puntos. No generaron muchas ocasiones de peligro pero Jaime provocó un penalti en el ecuador de la segunda parte. Pablo Muñoz fue el encargado de tirarlo y aunque Dani le adivinó el lado no pudo parar el 3-2.
Con el resultado a favor del Rayo Vallecano B llegaba el susto. Sergio Arribas veía la segunda tarjeta amarilla y tenía que salir del campo, dejando al equipo con 10. Tuvo que sufrir el filial para mantener el marcador, paradón de Pantoja incluido pero cuando llegó al área rival encontró la excusa para seguir aumentando la ventaja.
Pablo Muñoz tiró de picardía y después de ser encimado por un rival varios metros aprovechó un empujón para caer dentro del área. El colegiado señaló la pena máxima y el balón esta vez caía en las manos de Diego Lorenzo, que hizo el 4-2. La fiesta no acabó ahí, Diego Méndez arrancó la moto con la poca gasolina que quedase y en el 89′ después de una contra de libro dejaba un balón para que Losada cerrase la mano.
El partido terminó dejando los puntos en casa y las sonrisas volvieron al filial del Rayo Vallecano después de más de dos meses. Tres puntos que sirven para muchas cosas, la más importante la que respecta a la clasificación y es que el equipo sale de la última plaza. El equipo de Amaya recupera la fe y buscará el próximo fin de semana, también en casa, prolongar la sonrisa recibiendo al Trival Valderas.