El Rayo Vallecano B se dejó empatar el partido ante el Santa Ana, en los 11 minutos que restaban de encuentro. Pese a llevar ventaja 0-1, un gol local nada más arrancar dejó cariacontecidos a los pupilos de Luis Cembranos.
Gol fugaz
Rápido. Muy rápido. Así fue el gol que recibió el Rayo B. Algo efímero, fugaz, inexplicable. Quedaban solo 11 minutos de partido. Era, probablemente, el encuentro más corto que iba a jugar el filial franjirrojo en su vida.
El encuentro arrancó con un Rayo B que alineó tres centrales. Defensa de cinco con la firme intención de aguantar como jabatos el empuje que, a priori, iba a generar el Santa Ana. El equipo estaba preparado para la batalla, y los 11 que saltaron al césped de Fuencarral tenían clara la misión: aguantar 11 minutos. No más. Sin errores, se sacarían tres puntos que metían al Rayo B de nuevo en tercera posición.
La colegiado determinó que el choque tendría que arrancar tal y como se suspendió: con un saque de banda local, en zona de tres cuartos, en banda izquierda de ataque del Santa Ana. El reloj marcaba las 20:59 y daban comienzo los 11 minutos restantes. Puro trámite, pensó más de uno.
Pero tan rápido como empezó, tan pronto como se torció. Sin saber cómo, aquel saque de banda acabó en las manos de Lucho, que defendía la meta franjirroja. El esférico había botado en el mojado césped de Fuencarral, estaba rápido, y sin saber cómo, el balón acabó en el fondo de las mayas. Se le escapó al guardameta, para asombro de todos.
Los locales celebraron el gol con ahínco, pero estupefactos. Tan animosos y joviales como contrariados. ¿Qué pasó? Solo el bueno de Lucho lo sabe. Un Lucho que salió del partido hundido, llorando, dolorido, asumiendo su culpa.
De los 11 minutos, solo valen esos segundos. El resto, un quiero y no puedo del filial, un Santa Ana que no quiso jugar, que quería que el crono se parase, mientras los de Luis Cembranos continuaban dándole vueltas a ese gol fugaz. Nadie sabe qué pasó. Ahí acabó el partido.
Sea como fuere, el Rayo B suma un punto que le mantiene cuarto en la tabla. El próximo choque será el domingo ante El Álamo, pero esta vez con la lección aprendida.