Mi madre me decía desde muy pequeño que uno de los mayores errores que se pueden cometer es no decir las cosas a tiempo, porque se acaban acumulando y cuando salen, ya es para explotar. Y explotó el Carlos Belmonte. Porque Albacete y Rayo Vallecano llevaban mucho tiempo guardándose tensiones y rencores, porque este sábado estaba más que marcado en el calendario, porque no era un partido más. Porque ese 15 de diciembre en Vallecas no se olvida.
El reencuentro de Zozulia con la franja fue una obra de Goya digna del Prado. La tensión y la dureza fueron protagonistas en un duelo a muerte. No valían medias tintas ni pomadas; el Carlos Belmonte era una guerra con el balón como arma. Cada balón dividido acababa con un duro golpe, cada salto con un codazo y cada protesta hacia Figueroa Vázquez, en un mundo. Partidazo.
Muy pronto disparó el Albacete, aprovechando un rechace de Dimitrievski por alto, pero que el colegiado lo invalidaría por falta sobre el portero. De un Zozulia hiperactivo, muy clara. Minutos después volverían a disparar los manchegos, esta vez en una de las jugadas más polémicas de la jornada. Si no la que más.
En un salto chocan Milic y Zozulia, cayendo ambos al suelo. El árbitro pita falta del Rayo y los jugadores van rápidamente corriendo hacia ellos pidiendo las asistencias médicas. Pero el Albacete saca rápido, sorprendiendo a todos -que esperaban asistencias médicas- y propiciando un 2 vs 1 contra Dimitrievski que marca Dani Ojeda.
En ese momento enloquecen los jugadores vallecanos, reprochando como el árbitro ha permitido que se saque rápido cuando podía haber algún jugador insconciente -el golpe había sido muy duro- sobre el verde. El árbitro da el gol, pero el VAR notifica fuera de juego en el momento en que se saca la falta. Una jugada rocambolesca y que dará mucho que hablar. Era más leña al fuego.
Y en esa hoguera sacó oro el Rayo. Recuperación en la medular, pase en profundidad hacia Qasmi y el delantero marca desde la frontal con un zurdazo a la escuadra. Imposible para Brazao. Primer gol del franco-marroquí con la franja. De Frutos tuvo el segundo en un mano a mano clamoroso, pero la tiró ‘al muñeco’ con todo a favor.
Y el que perdona lo paga. Justo antes del descanso, Mario Suárez desvió un centro de Caballo con muy mala fortuna, pues le regaló un caramelo a Pedro Sánchez en el segundo palo. El extremo cabecea y anota a placer. Locura en tierras manchegas. Descanso.
En la segunda parte se vio demasiado miedo al fallo, mucho respeto y mucho complejo. No quedaba rastro de aquella primera parte eléctrica que había reafirmado que el fútbol es más bonito cuando impera el corazón sobre la cabeza. Cuando se pierde la cordura y todo enloquece. Ambos jugaron con las piernas atadas.
Fuster la tuvo en un mano a mano contra Dimitrievski, pero el macedonio salvó con una manopla sensacional a su izquierda. Instantes después Zozulia protagonizaría una entrada durísima ante Luna; el jugador inmediatamente pidió perdonó y colegiado le mostró la amarilla. Alcaraz le sustituyó, consciente de que estaba sobrerevolucionado.
Los últimos minutos fueron para ambos. El Rayo dio un paso adelante y tuvo sus opciones, pero no volvió a ser el mismo tras el empate de Pedro Sánchez, volviéndose un equipo tímido y sin desparpajo. Sin locura, que diría Jémez. El Albacete apretó, fruto del empuje de su gente, pero acabó firmando unas buenas tablas.
El Rayo asalta -al menos temporalmente- el playoff de ascenso, situándose en la sexta posición por delante de Elche y Ponferradina, todos con 40 puntos. La próxima jornada, partidazo en Vallecas. Rayo y Elche se citarán en Vallecas por un puesto en la promoción. La hora de la verdad se acerca. Cada victoria ya será oro y cada paso en falso, una vida menos.
Se acabó la segunda temporada del Rayo-Albacete. Notable alto. Ya sólo queda saber como acaba la primera.