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El discreto encanto de la burguesía

Todo lo hermoso tiene su instante y pasa (Luis Buñuel)

El Rayo Vallecano, vanidoso, parece haberse anclado en los treinta. Debe pensar que si llega a los cuarenta vendrá una crisis, tendrá que hacerse el modernillo, comprarse unas NB o empezar a darle al running. Ya le pasó el año pasado, pero al fin quiso ser tan joven que no supo adaptarse al electrolatino y terminó sufriendo. ¿Será esto o será otra cosa?

Hace cincuenta años mientras en el Rayo sudaban la camiseta Máximo Hernández, Anero, Tanco, Felines, Potele o Illán en los campos de segunda división, Luis Buñuel recibía el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por “El discreto encanto de la burguesía“.

El cineasta aragonés firmó una de las obras maestras del surrealismo en Francia (no pudo rodar en España por la censura) y se llevó la estatuilla y el reconocimiento global.

Los personajes de la película intentan en mil y una situaciones sentarse a una mesa a comer, cenar, pero es imposible, son interrumpidos por personajes tan dispares como obispos, guerrilleros, campesinos, militares en secuencias absurdas, oníricas e inexplicables.

Los chicos de Iraola cayeron en Vigo ante el Celta por tres goles a cero y en algunos instantes pareció que cenarían caliente. Se llevaron un susto cuando Gabri Veiga quiso presentarse a la afición franjirroja desplazada a Balaídos, pero Lejeune en dos ocasiones e Isi, cabezón, generaron algo de sosiego para los visitantes.

Dos minutos de apagón fueron suficientes para la rendición. Dos golpes y a la lona.

Raúl de Tomás, quiso recortar, de hecho lo hizo y hasta levantó la pelota por encima de zaga y arquero pero el imán para la mala suerte que tiene el delantero para su regreso envío el balón al poste.

Melancolía, otro error y un gol para los highlights y pedir su convocatoria para la selección de Aspas cerraron el partido.

El Rayo lleva cinco jornadas sin cenar y pasea sin rumbo conocido, pero sus perseguidores tampoco encuentran el camino. Quizá crean que tener una calle en la puerta de la City les dé un caché y se han venido demasiado arriba.

Luis Buñuel tiene un Oscar, un Bafta, es ganador en Cannes, Venecia, Berlín entre otros y tiene, escribo de memoria, se me olvidará alguna, tres calles en Vallecas, una a su nombre en Palomeras, muy cerquita de la Biblioteca y dos en Madrid Sur para sus películas Viridiana y Tristana, por lo que pueden ver a Catherine Deneuve o Fernando Rey “pasear” y hasta celebrar en la cercana Fuente de la Asamblea algún logro de la franja.

Que así sea, no les dejen con las ganas, que Catherine aún podría venir. No se detengan .

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