
“Errores puntuales”
Así definía Piti nada más acabar el partido el encuentro del Rayo Vallecano en el Tartiere. Dos errores bien aprovechados por el Oviedo decantaron la balanza para los asturianos ante un Rayo de altibajos. Salvo esos dos fallos puntuales, bastante seguros atrás pero falto de ideas y soluciones arriba.
Sigue dejando dudas el Rayo fuera de casa. Un punto de doce posibles lejos de Vallecas son una muestra clara de ello. El Oviedo, tal vez consciente de la ansiedad de los de Sandoval, salió apretando. El Rayo intentaba presionar la salida de balón de los de Fernando Hierro pero sin mucho éxito en los momentos iniciales. El conjunto asturiano apretaba a un combinadorayista que iba de menos a más en el partido. Mayor intensidad defensiva y sobre todo cada vez más éxito en la presión mandada desde el pitido inicial desde el banquillo fueron las claves. Sin embargo, la ocasión más clara del primer tiempo fue para Linares, que remató dentro del área obligando a Toño a realizar una parada de mucho mérito.
Poco a poco aumentaba la intensidad defensiva del equipo madrileño y se equilibró el encuentro. Los hombres de peligro del conjunto rayista se perdían en el entramado defensivo del rival y en ningún momento se les vio cómodos con el balón. Pero en un partido tan igualado los detalles marcan la diferencia y un error en un saque de banda propició el primer gol del Oviedo. Pérdida innecesaria que provoca un balón largo a la espalda de la defensa rayista. Linares, el mejor del partido, aguantó la carrera a Amaya y Galán para batir a Toño por bajo y adelantar a los suyos.
El Rayo parecía reaccionar al golpe y sin precisión para combinar las mejores opciones llegaron a balón parado. Dos remates consecutivos, de Manucho y de Trashorras, inquietaron por primera vez de verdad al meta local, seguro bajo palos en ambas acciones. Así se acababa un primer acto muy parejo, desequilibrado por un error puntual.
Necesitaba salir con otra actitud el Rayo si quería sacar algo positivo de su visita al feudo ovetense y así sucedió. Los primeros 15 minutos de la segunda parte coincidieron con los mejores momentos del equipo vallecano. Más llegadas al área y con mayor con peligro, especialmente con internadas desde las bandas. Galán, al que en la primera parte ya le anularon un gol, volvió a anotar en la segunda pero de nuevo en posición antirreglamentaria. En las dos ocasiones acertó el árbitro.
Pero cuando mejor estaba el Rayo, de nuevo otro error de esos puntuales iba a provocar la sentencia del partido. Un balón aéreo al área del Rayo acabó en penalti de Rat sobre Michu. El lateral rumano desequilibró al ex rayista en el aire y el árbitro señaló la pena máxima. Decisión polémica porque el empujón se produjo justo en el límite del área, pero el colegiado Jorge Valdés Aller lo tuvo claro. Toché engañó a Toño y puso la sentencia.
Sandoval buscaba soluciones y se iba al ataque dando entrada a Santi Comesaña por Rat. Defensa de tres para tratar de reaccionar. Poco después, fue Joni Montiel el elegido para intentar romper la ordenada defensa del Oviedo pero sin ningún éxito. De hecho, estuvo más cerca el tercero del conjunto local que el gol vallecano. Para colmo de males, Amaya tenía que abandonar lesionado el campo en el 87 para dejar su lugar a Quini. Tras el 2-0 no llegaron ocasiones claras para el Rayo, falto de ideas e impreciso en ataque durante prácticamente todo el choque. El miércoles, en Copa del Rey, vuelven los de Sandoval al Estadio de Vallecas para buscar de nuevo la senda del triunfo.
