Por @Deporpress
Once son las caras nuevas del CD Tenerife 2017/18 respecto al Tenerife de la temporada pasada que se quedó a un solo gol en Getafe de conseguir el ascenso a Primera División. En una nueva revolución de la dirección deportiva, que perdió jugadores de la talla de Aarón Ñíguez, Gaku Shibasaki, Amath o ‘Choco’ Lozano, los blanquiazules han reforzado todas sus líneas, a modo de cambio de cromos.
Refuerzos en todas las líneas
Carlos Abad ha reforzado la portería después de dos años cedido al Real Madrid Castilla, tras la marcha de Ismael Falcón al Hércules de Segunda División B. Lucas Aveldaño por Germán y Luis Pérez por Edu Oriol son las caras nuevas en la defensa, que mantiene a la vieja guardia (Raúl Cámara, Carlos Ruiz y Camille) con Jorge Sáenz en un año fundamental para él, para consolidarse como el jefe en el centro de la defensa, estando concentrado ahora mismo con la selección española Sub 21 y que se perderá el choque de Vallecas.
Músculo para el centro del campo con la apuesta por cinco años por el hondureño Bryan Acosta, que competirá junto a Aitor Sanz, Vitolo y Alberto por hacerse un hueco en Europa y que debe mejorar las prestaciones de futbolistas como el mencionado Marc Crosas o Rachid.
En las tres posiciones de la media punta es donde se concentra la revolución de este nuevo Tenerife. Se fueron Aarón, Omar Perdomo (cedido al Nástic), y, con pesar, Gaku Shibasaki, pero se ha firmado a Juan Villar, Víctor Casadesús, Juan Carlos Real y Paco Montañés, además de hacerse en propiedad con el grancanario Tyronne y seguir contando con el mando de Suso Santana.
La delantera, tras las salidas de Amath, Lozano, Cristo González y Jouini se completó a última hora con dos apuestas foráneas. Filip Malbasic llega comprado desde la Vojvodina serbia por 600.000 euros y Samuele Longo, pieza codiciada en Segunda, que hizo 14 goles el curso pasado con el Girona, cedido del Inter de Milán.
Tras una pretemporada de más a menos en cuanto a los resultados, y a pesar de la tardía llegada de los delanteros de referencia, el Tenerife empezó con dos brillantes victorias en dos jornadas, siendo muy superior al Real Zaragoza en el Heliodoro (1-0) y al Barcelona B a domicilio (0-3), confirmando pronto su condición de favorito a moverse siempre por la parte alta de la clasificación.
Sin embargo las venas sensaciones se desvanecieron el domingo en Valladolid, con un partido irreconocible de los de Martí, llegando siempre tarde a la presión sobre el rival y viéndose desbordados por un Pucela muy vertical, con las ideas claras y que salvo el primer cuarto de hora, anuló a los tinerfeños, a los que prácticamente no dejó salir de su propia parcela.