El jugador del Rayo Vallecano Pacha Espino protagonizó un momento complicado al finalizar el encuentro ante el Girona (3-0) en el estadio de Montilivi.
Tras el pitido final, el uruguayo se quedó sobre el césped de Montilivi llorando con las manos en la cara. Una imagen que sorprendió a todos.
¿El motivo? Era extra deportivo. Y es que el futbolista franjirrojo no está pasando un buen momento familiar. Algo que ‘soltó’ tras la tensión del encuentro.
“Mandar saludo a mi familia. Estamos pasando por un momento complicado. A mis primos y mi madre en Uruguay que están jodido aquí”, dijo en los micrófonos de DAZN.