
LA CONTRACRÓNICA
Es domingo, y dos niñes con bolitas en las manos dan el pistoletazo de salida a la navidad. Al otro lado de la tele, un niño, cada vez menos, apunta en un papel los premios mientras repasa afanosamente en su lista si salimos, al menos temporalmente, de pobre.
Dicen que los hijes medianes no heredan nada ,pero en mi casa Jorge ha sido el encargado por voluntad propia de recibir el legado de la ilusión.
El pobre esta expectante ante tanta emoción, sueña con viajes paradisíacos, manjares en la mesa, videoconsolas y móviles ultrasónicos, un hogar y un coche mejor. Pasan las horas y con algo de desasosiego se palpa los brazos, las piernas, la cabeza y el corazón, y mira a los suyos. Es el perfecto proyecto de padre de familia. Estamos todos sanos . Con eso es suficiente.
Pero no. No estamos todos sanos. En muchas familias hay una abuela o abuelo sufriendo, un ser querido al que se le va apagando la luz rodeade de una familia que le quiere pero que poco puede hacer en la práctica mas que acompañar y dar apoyo moral.
A sus 95 años y medio, el anciano Rayo voló, su corazón aún lo permite, en avión de segunda a Gran Canaria.Ya se sabe, es viaje del IMSERSO.
Recién llegado se quiso cambiar para ponerse el bañador y disfrutar del Atlántico, pero un mal aire le pilló en paños menores, le entró frío por el centro, las espalda y el costado y enfermó de resfriado por obra de Narváez. (1-0)
Pachucho y mareado, el anciano Rayo decidió que ya en Canarias uno no puede perderse el mar y a la que salió a pasear y se puso la camisa hawaiana embaucó a una recién llegada a la tercera edad,la Unión Deportiva, se la llevó al huerto y , ya que hablamos de loterías hubo bombo, penalti, y gol (y vaya gol) de Embarba (1-1).
Debe ser que todo esto es demasiado esfuerzo para un noble anciano, o deben ser los alisios, pero el Rayo no paso de ahí y cuando quiso le pudieron las ganas.
Se disputaba la victoria, no un gordo pero si un bueno premio para al menos pasar la navidad en condiciones y uno de los hijos mayores del anciano Rayo quiso ganar por las bravas. Garabateó un número sobre el décimo parta hacerlo parecer premiado y claro, ya advertido, le expulsaron del sorteo.
El anciano Rayo, achacoso, se resistió a la derrota y la madura Unión Deportiva no consiguió la victoria por lo que finalmete
