Empate del Rayo Vallecano ante el Villarreal (2-2). Los goles de Raúl de Tomás y Álvaro García sirven para sumar un punto. El equipo franjirrojo todavía no conoce la victoria en casa y sigue inmerso en los puestos de descenso.
Saltaba la sorpresa con la alineación. Dimitrievski titular. La posición de Alberto García había sido muy discutida a lo largo de la temporada, y Míchel apostó por darle la oportunidad en Liga al meta macedonio. Los focos recaían sobre él, que tenía ante sí la opción que llevaba meses aguardando.
Por otro lado, el protagonista en la previa fue Jorge Muñoz, el joven rayista fallecido días antes. La primera plantilla depositó un ramo de flores y una camiseta firmada por todos los integrantes en la butaca que normalmente ocupaba. Allá donde esté, seguro que estaba pendiente del encuentro.
Tranquilidad en la grada
El Rayo Vallecano se jugaba mucho, pero el ambiente de Vallecas era frío. Y no por la temperatura, puesto que la sensación térmica era aceptable. Tardó en llenarse una grada que dedicó el primer minuto de partido a rendir su particular homenaje a Jorge. Ellos sí guardaron el respetuoso minuto de silencio que no hizo La Liga sobre el césped.
Quizás fuera eso, la sensación de que sólo valía la victoria, la ansiedad de ver al equipo en descenso, la buena temperatura, … O vete tú a saber qué. Pero Vallecas no se encontraba cómodo. Ni el equipo. Los primero minutos de partido el Rayo Vallecano tenía la posesión, generó alguna ocasión de peligro y no sufrió problemas en defensa. El submarillo asomaba la cabeza pero estaba más preocupado de mantener la retaguardia.
Poca intensidad en el césped
Las internadas de Advíncula por la derecha o de Álex Moreno por la izquierda llegando a línea de fondo eran lo único que se salvaba. Pero los amarillos se iban encontrando cada vez más cómodos en el partido. Sin hacer ruido, y aprovechando la calma tensa que reinaba en el ambiente, fue haciéndose con el control del esférico, hasta que llego el gol. Chukwueze ponía el 0-1 en el minuto 32, para congelar más si cabe la atmósfera vallecana.
Pero cuando los primeros pitos comenzaban a aflorar en la grada, la sensación de miedo comenzaba a adentrarse en los pensamientos franjirrojos y el descanso era una obviedad, llego la jugada trenzada por banda derecha. Pozo, Advíncula y Trejo triangulaban para que el argentino centrase a boca de gol y allí estaba el killer rayista, Raúl de Tomás, para empujar el esférico y poner las tablas en el marcador. Era un alivio. Vallecas respiraba y se iba a descanso con 1-1 en el electrónico. La remontaba era posible.
Misma dinámica
La segunda mitad comenzó con las mismas sensaciones con la que transcurrió la primera. La necesidad de ganar pudo atenazar a los franjirrojos durante el primer envite, pero en la reanudación no se acaba de tomar el pulso al partido. Lo intentó Raúl de Tomás con un cabezazo que se marchó alto o Santi, cuyo disparó lo despejó Asenjo a córner. El partido estaba bastante igualado y las internadas de Chukwueze seguían siendo de lo mejor de los visitantes.
Salía Álvaro García para darle esa pizca de frescura que necesita el ataque rayista, sustituyendo al incombustible Trejo. Lo del argentino es de película. La capacidad que tiene para recuperarse de las lesiones es de otro planeta. Volvió a ser titular. Pero el partido estaba para la velocidad y habilidad del pequeño extremo andaluz.
El crono marcaba el minuto 66. Raúl de Tomás lanzaba un zapatazo desde 20 metros que a duras penas pudo despejar Asenjo, dejando el balón muerto en el área pequeña. Allí apareció el más listo de la clase, Álvaro García, para poner por delante al Rayo Vallecano. Sin ser netamente superior al cuadro amarillo, los de Vallecas habían dado la vuelta al marcador, pero todavía quedaba media hora para sufrir y conservar el resultado.
También hubo tiempo para ver el regreso a los terrenos de juego de Gorka Elustondo después de la lesión. Y para el VAR. González González dejó la grada con el corazón en la boca después de anular un gol de cabeza de Funes Mori, y dejar en tensión durante los segundos que estuvo pendiente del pinganillo. Finalmente se quedó en un susto y no hubo gol. Pero si lo hubo minutos después. Disparo de Sansone que no podía atajar Dimitrievski, y que ponía el 2-2 en el marcador a falta de 10 minutos.