Desde pequeña, Claudia Cabezas (8 de mayo de 2001, Madrid) siempre ha estado pegada a un balón. Sus primeros goles los marcó en el ACD Fátima, después pasó por la cantera del Atlético de Madrid y hace cuatro años llegó a Vallecas. En el Rayo Vallecano se ha sentido como en casa y ha recuperado la ilusión por el fútbol. Mini-Clau ha cumplido sueños, debutar en Primera, ser capitana, pero, sobre todo, madurar dentro y fuera del campo. Ahora siente que es el momento de poner punto y coma y de buscar retos para seguir creciendo como futbolista, aunque el Rayo ya se ha convertido en su equipo.
Una curiosidad. Tu apellido es Damasiewicz, que viene de tu madre que es polaca, ¿por qué decides ponértelo en la camiseta?
El primer año no me decidía y puse CCD (Claudia Cabezas Damasiewicz), pero Cabezas es el de mi padre y siempre lo he llevado en el cole. Dije voy a darle visibilidad a mi madre que también está ahí y en algún momento se va a olvidar ese apellido. Además, coge fuerza, la gente lo mira diciendo esta es extranjera, no habla español y luego me escuchan alguna frase y ya me miran así Damasiewicz seguro (risas). A mí me gusta.
¿Cómo empiezas jugando al fútbol?
De pequeña jugué al fútbol sala a los cuatro años. Primero en el patio con los niños de clase. Yo iba con el balón a todos lados. Luego se me hizo pequeño, me metí a fútbol 7 con los chicos y luego fútbol 11 en el ACD Fátima. Con 12-13 años me llamó el Atleti y yo esperé porque todavía quería jugar con los chicos. Aguanté hasta los 14 años que me vino bien. En el Atleti estuve en juveniles y luego al Rayo.
¿Qué tal tu etapa en el Atleti?
Muy bien. Al final es una etapa de formación. Te llevas bastantes amistades. Es la edad de hacer amigas, aprendes mucho y vives muchas experiencias. Casi toda mi base futbolística viene de ahí.
¿Qué aspectos que tienes ahora te vienen del Atleti?
El no tirar caños en el medio (risas) que ya la he liado varias veces. Del Atleti me llevo toda la base sobre todo futbolística. Como persona mucha disciplina y sigo trabajando llegar pronto a los sitios (risas). Eso es algo de mi día a día.
¿A qué edad llegas al Rayo?
Antes de cumplir 18. De los 17 a los 18 años. Venía en bus y todo.
En tu publicación pusiste “cómo te despides del club que te devolvió las ganas de jugar”, ¿cómo era tu relación con el fútbol en ese momento?
Mi etapa con el Atleti fue bonita. La recuerdo como algo bonito, pero sí que es verdad que al final no terminaba de encajar en cuanto a mi estilo de juego y lo que proponían allí y me terminé desilusionando un poco. Al final, estar así un año entero te quita un poco las ganas. Con los estudios no iba del todo bien y anteponía el fútbol. Decía y si a lo mejor tengo que tirar más por centrarme en el futuro, en lo que es más real. Porque en ese momento era más real tirar por los estudios que por el fútbol femenino. Me lo empecé a plantear y dije no, esto es un cambio de aires. En cuanto pisé el Rayo el ambiente me hizo sentirme en casa desde el primer momento. Fue un cambio a bien y se ve en que quiera seguir jugando a día de hoy.
¿Te planteaste dejar el fútbol o fue sólo un cambio de aires?
Le di una vuelta larga. No de dejarlo como tal, pero sí de no dirigirlo como a día de hoy que no me planteo otra cosa que no sea llegar arriba. Antes era más como un hobby, te vas a un equipo, lo disfrutas y te centras en otra rama. Fue pisar el Rayo y tirar para arriba otra vez.
Tu debut con el Rayo fue el 4 de septiembre de 2021 ante el Atleti en la primera jornada de Liga, ¿cómo viviste el momento de debutar en Primera?
No sé ni cómo describirlo. Lo pienso a día de hoy y me siento en la cama y me imagino el campo. Encima contra el Atleti, como un remember (risas) y fue como empezar bien el año. El desencadenante no fue guay, pero para mí ese año puede ser el mejor de mi carrera. Aunque no jugase más, pero sí en cuanto a aprendizaje. El debut lo llevo dentro siempre.
Ese año alternas el B con el primer equipo con el que tuviste pocos minutos, pero a nivel de aprendizaje te vino muy bien ¿no?
Exactamente. Y ya no sólo dentro de campo, como se cuidan fuera, que se tomaban. ¿Qué lleva ese batido? ¿qué te tomas luego? Eran todas súper profesionales, ya se notaba que era un primer equipo. Yo bajaba al B con mis cosas todo chula y me preguntaban ¿y eso? Y yo nah que lo he visto arriba (risas). Fijarte en todo, a qué hora llegan o en los partidos mira ya está vestida. Al día siguiente estaba yo vestida. Cosas así, detallitos. Que la gente aprenda de ti es algo súper bonito.
El verano del descenso de Primera renuevas con el Rayo, ¿por qué decides quedarte en el equipo?
Porque me hacía ilusión y sentía que no había cerrado el ciclo aquí. Al igual que podía tener otras alternativas algo tenía que vivir este año que sabía que no me podía perder. Hablé con ellos y dije renuevo 100%. Fue el decir tengo que vivir algo aquí y efectivamente, este año he aprendido muchísimo. Creo que me he hecho mayor, que eso no se ve en las estadísticas, pero ahí está. Creo que ningún club viene diciendo esta chica se ha hecho mayor, pero sobre todo eso.
“Empezamos con un equipo nuevo y se notó muchísimo. Hemos ido de menos a más. Se ha visto a final de temporada que éramos un equipo totalmente distinto”
Además, fuiste tercera capitana y contra el Albacete en Copa llevaste el brazalete. ¿Cómo llevaste esa responsabilidad?
Ahí no pude llegar tarde porque íbamos en bus (risas). Primer paso ya cumplido, pero te vienes arriba. Te haces grande. Sentía un peso de decir sacamos esto. Hacerte grande dentro del campo, aunque luego sin el brazalete era más de lo mismo, pero te hace mucha ilusión llevarlo. Sacabas el pecho y todo.
Has jugado en muchas posiciones del centro del campo, ¿dónde te sientes más cómoda?
Pues siempre mediocentro. Soy más ofensiva, pero luego siempre me quedo a sacar el balón, no sé por qué, es algo que tengo dentro, aunque me encanta llegar al área. Últimamente me estoy encontrando muy cómoda de extremo. Sobre todo, mediocentro ofensivo y extremo. Para llegar al área y con tiempo de pensar.
Has dicho que te quedaste en el Rayo porque tenías que vivir algo aquí. ¿Qué te llevas de este año?
Madurez, saber qué pensar. No venirnos abajo, saber transmitirlo al grupo. No estar siempre en el mismo bucle de pensamiento. De alguna manera a aprender a tirar un poco del grupo. A lo mejor no se ve, pero hay trabajo invisible ahí. Me gusta como he estado este año. Saber organizar la cabeza y dentro del campo aprender a disputar de cabeza que sigo trabajándolo (risas). Alguna he dado ya al final de temporada. Ser un poco más polivalente, caer más a extremo….
¿Qué radiografía haces del año del equipo y del tuyo personal?
Va un poco unido tanto equipo como individual. Empezamos con un equipo nuevo y se notó muchísimo. Nos dábamos cada pase al principio que salían cosas, pero decíamos esto en partido a ver cómo sale. Hemos ido de menos a más. Se ha visto a final de temporada que éramos un equipo totalmente distinto. Ya la gente salía con todo contra nosotras. Hasta el mismo Deportivo sacó el once titular porque decía es que viene el Rayo y da igual que esté abajo que nos jugamos aquí todo también nosotras.
También te despide con “me voy con la espinita de no haber podido conseguir los objetivos”, ¿qué crees que le faltó al equipo?
No dejarnos puntos cuando menos lo esperábamos. Esos empates, esos goles en el último momento. Luego se te vienen a la cabeza miles de jugadas. Y si hubiese dado ese pase, y si hubiese tirado yo… Mil cosas. No dejarnos puntos, haber puntuado un poquito al principio que ahí sí que lo hubiésemos agradecido. Son los puntitos que al final te dejas que pasan factura.
Tú has vivido los dos descensos, ¿cuál te ha dolido más?
El primero te duele como la niña pequeña que veía al Rayo en Primera, que yo iba a verlas, le duele más a la niña de dentro. El descenso de este año me duele a mí. Me duele directamente de decir lo he luchado yo y jode el triple.
¿Qué significa el Rayo para ti?
Devolverme la ilusión, enseñarme muchísimos valores, llenarme la mochilita entera de experiencias y de muchísimo trabajo. Donde he podido ser como futbolista, todavía me queda, pero hasta donde soy ahora creo que en el Rayo he crecido el triple de donde he estado. Ahora mismo es mi equipo. He cerrado etapa, pero no lo veo otra cosa como que no es mi equipo. Me he hecho bastante del Rayo.
¿Qué te llevas en esa mochila?
Aparte de experiencias, personas. Se me revienta la mochilita. Ojalá haberme llevado ya no sólo experiencias, sino haberlo materializado un poco. Mantener la categoría este año, o haberla salvado el anterior. Que pueda decir hicimos esto, que no se quede todo manchado como con el descenso. Poder darle un nombre a todo el trabajo que conlleva los años que llevo en el Rayo.
“Hay que confiar en la sección. Al igual que tienes un primer equipo ahí arriba si al femenino le das las mismas oportunidades también estará ahí”
¿Por qué decides ahora marcharte del Rayo?
Creo que era el momento. Al igual que el año pasado sí que sentía que tenía que vivir algo nuevo dentro del Rayo, ahora siento que lo tengo que vivir fuera. Siento que necesito otro estilo de fútbol, otras experiencias. No por nada negativo. De manera emocional me quedaba, pero sí que quiero nuevos retos.
¿Cuál tu objetivo dentro del fútbol, a dónde esperas llegar?
A donde me dejen la verdad (risas). Quiero darme con la cabeza ahí arriba. Sinceramente a donde me dejen, donde me den la oportunidad de ser. Obviamente en Primera División es el sueño de la mini-Clau. Ahí mínimo. Lo he pisado y quiero pisarlo más.
¿Qué tiene que cambiar el Rayo para que el equipo vuelva otra vez a Primera?
Confiar en la sección. Creo que se pueden hacer cosas muy bonitas. Animar a la gente que venga a vernos. El último partido del Tenerife se vio que al final se disfrutan los partidos. Nosotras nos venimos arriba y la afición te alienta muchísimo. Tú cuando ves a gente que de verdad quiere venir a verte, que está ahí, sólo caen buenos resultados. También querer la sección, cuidarla. Al igual que tienes un primer equipo ahí arriba si al femenino le das las mismas oportunidades también estará ahí. Tratarlas como tienen que tratarlas.
¿Habéis echado en falta que hubiera más afición a lo largo de la temporada?
Creo que la gente que venía era la que tenía que venir, pero si hubiésemos dado un poquito más de bombo a los partidos creo que se habría acercado más gente. Un domingo siempre le viene bien a alguien. Te vas a tomar algo y te vienes a ver al Rayo, se pueden hacer las dos. Igual darle un poco más de visibilidad que yo creo que hubiese ayudado. Tanto en Primera, en Primera RFEF o donde sea, si tú lo lees, por qué no me voy a acercar, a lo mejor no todos los partidos, pero dos o tres si te acercas. Ya son personas que vienen y se agradece.
Y la última… ¿si el Rayo apostara por su equipo femenino te plantearías volver en un futuro?
De hecho, no siento que cierre etapa como tal, siento que pongo punto y coma. Claro que me gustaría en algún momento volver a pisarlo. Si las cosas salen bien, todo está estabilizado… Yo también me siento realizada fuera del Rayo, me siento con confianza de volver y ellos confían en mí para poder estar aquí, a mí me encantaría.