Las gradas del estadio de Vallecas presentaron este miércoles un aspecto completamente desangelado. El Rayo Vallecano – Lugo se convirtió en la segunda peor entrada del año con apenas 7.784 espectadores.
De hecho, la afluencia durante casi media hora de juego fue mucho más baja debido al colapso organizado en las puertas del fondo por el estricto sistema de seguridad impuesto desde el partido contra el Albacete. Casi 1000 personas se perdieron los primeros minutos del partido y algunos de ellos hasta el gol de Embarba que, a la postre, significaría la victoria.
Solo la asistencia frente al Mirandés (6.038) fue peor que la registrada frente al Lugo. Un choque en pleno mes de agosto y con una llamada al boicot de asistencia que dejó casi 9.000 butacas vacías. El frío, un rival quizá poco atractivo y la errática marcha del equipo franjirrojo esta temporada podrían ser algunos de los condicionantes para la pésima entrada vivida en Vallecas.
Las floja asistencia también puede atribuirse a ser un partido entre semana ya que el duelo contra el Alcorcón se jugó un martes con 8350 espectadores, la tercera peor asistencia de la presente temporada.
Entre esos 7.784 que se dieron cita para el Rayo – Lugo cabe destacar la presencia de los niños de la Fundación, invitados por el club y ubicados en la grada lateral baja de la Albufera junto al córner de Teniente Muñoz Díaz.