
Frente al Eibar, lo importante fue la victoria, no el juego. En Valladolid, lo mismo. 29 segundos de inspiración fueron suficientes. El resto, sufrimiento hasta alcanzar tres puntos que pueden significar la permanencia. El Rayo Vallecano se llevó el triunfo de Pucela con el gol más rápido de lo que va de Liga. Sobre la bocina, Dimitrievski paró un penalti consagrándose como el mejor del choque. PARTIDAZO del macedonio.
Pim, pam, pum. Toque, toque, toque… gol. Qué salida, qué dejada de Raúl de Tomás y qué definición de Álvaro Medrán. Chicharro para empezar cuando no se había cumplido el minuto. El tanto más rápido en lo que va de Liga. Fast and Furious.
De un plumazo, el Rayo Vallecano había borrado todas las malas sensaciones que sobrevolaban al equipo tras la noticia de que Gaël Kakuta, a pesar de estar convocado, no había viajado a Valladolid. Lo importante, sobre el verde. El Pucela, por su parte, estaba como un flan. Fallaba pases fáciles y cometía errores infantiles.
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⚽️ Álvaro Medrán marcaba el 0-1. #VamosRayo #RealValladolidRayo
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— Union Rayo Live (@UnionRayoLive) 5 de enero de 2019
Tras el gol, los de Míchel se echaron ligeramente atrás con una línea de cinco y otra de cuatro. El Rayo no llegaba, pero tampoco sufría en demasía. El esquema con tres centrales, por cierto, sobre el tapete por tercer partido consecutivo. Parece que el técnico madrileño ha encontrado su dibujo.
Poco a poco, el Valladolid comenzó a sentir más cómodo y a llegar con más veneno. Y la tuvo. Buena jugada por parte izquierda y buen remate de Keko que detuvo Dimitrievski con una parada espectacular a bocajarro.
Ya en la segunda parte, la inercia continuó igual. El campo se inclinaba cada vez más hacia la portería del Rayo y, a bases de faltas en la frontal del área, los locales metían el miedo en el cuerpo. Eso sí, el partido de los tres centrales franjirrojos, especialmente de Ba, impecable. Y el de Stole, más de lo mismo. Uno de los mejores de los rayistas, si no el mejor.
Bebé y Advíncula probaron con sendos disparos lejanos, peligrosos por el estado resbaladizo del terreno de juego, mientras que con sufrimiento y trabajo, el Rayo arañaba segundos al cronómetro. En el minuto 43, Ba derribó a Cop y el colegiado decretó penalti… y apareció San Dimitrievski, el santo macedonio. Se hizo grande y Míchel Herrero pequeño. Paradón y victoria.
