Varios aficionados del Real Betis Balompié abandonaron el Estadio Benito Villamarín tras el gol de Bebé, que adelantaba al conjunto vallecano en el minuto 81 de partido. Con este gol, la eliminatoria se trasladaba a la prórroga, pero un gol de Borja Iglesias en los minutos finales de partido, terminó con el sueño copero de la hinchada franjirroja.
Y es que el conjunto bético no estuvo cómodo durante los 90 minutos de partido, con pérdidas constantes de balón e imprecisiones, llegando a pitar la afición verdiblanca a sus jugadores en determinadas acciones del partido.
Valentía, coraje y nobleza derrochó el conjunto vallecano, junto a su afición, en el partido de vuelta. Más de 400 rayistas se dieron cita en el feudo bético, para arropar al equipo e intentar llevar en volandas al Rayo Vallecano para la final, pero no fue posible.