OPINIÓN
Es curioso. La gente utiliza un montón de maneras para calificar algo de manera sobresaliente o simplemente especial. La bruja avería decía que algo era “de pila master”, un productor de cervezas habla de “cinco estrellas”, los restaurantes suman tenedores y un buen amigo cuando algo es bueno lo describe como TOP.
Siendo de Vallecas y hablando del Rayo me he acordado de Juan Jiménez Mancha, de los orígenes del Rayo y de ese “Cerro de ilusiones” que estoy deseando leer. Tanto es así que he pensado que el año del Rayo ha sido un año de “siete tetas”, subiendo y bajando las siete colinas más famosas del mundo mundial tras las de Roma (Monchi vente ya y nos apañas el mercado de invierno).
Cuesta de enero
El Rayo comenzó el 2018 perdiendo en Vallecas contra el Nástic el día que “conocimos ” a Stole Dimitrievski .
La cuesta de enero se convirtió en colina con dos empates, ciertas dudas y la suerte de recibir al colista, el Lorca en el peor momento. Goleada y a respirar.
Cupido lanzando Rayos. Un febrero en cuesta abajo.
La visita al Sadar (para mí , nieto de pamplonica siempre se llamará así) inició un febrero mágico con un pleno de victorias culminado con la goleada al Huesca, la presentación de credenciales al ascenso en un día en el que todos empezamos a soñar.
Rampa arriba. La primavera la sangre altera
Con velocidad de crucero el Rayo navegaba hacia el ascenso pero un montón de cosas que no sería elegante en Navidad comentar y una tarde gris frenaron al Rayo en el Molinón, donde el Sporting pasó de ser la playa de San Lorenzo al Naranco, el Angliru y la madre que los parió.
Ladera abajo. En abril, triunfos mil
Tras el bocadillo al muslo, la inflamación, el dolor (empate con Cádiz) y la curación. El Rayo en abril no fue aguas mil, fue una tormenta con rayos, truenos y medio billete para el ascenso.
Coronar el Everest. Miedo escénico
Solo quedaba pisar arriba y posar la bandera. Eran las jornadas del Rayismo ,trotamos por la franja y llegaba el Córdoba con Sandoval a los mandos. Todo en la mano para corrernos el mayo padre celebrando de campo en campo el ascenso . Pues no. En el partido del siglo Nadal tenía 5-2 en el tie-break del cuarto set contra Federer para derrotarle por primera vez y coronarse en Wimbledon y dos saques para certificarlo. Lo siguiente que hizo Rafa fue una doble falta. El Rayo no iba a ser menos. Se encogió y cayó ante el equipo andaluz y tocó fondo en Alcorcón con una goleada que nos hizo temer . Venía ventisca y podíamos tener que volver al campo base.
El ascenso. Cuesta abajo sin frenos
El mismo rival que nos hizo ver esperanza en el horizonte cerrando 2017 con victoria en el Anxo Carro nos visitaba como víctima ideal.
El solitario gol de Alex Moreno nos hizo pasar una hora de angustia hasta que el pitido final nos hacía sentir como una tarde de primavera en el Cerro del Tío Pío, mirando desde arriba todo, respirando aire puro a grandes bocanadas y , para qué negarlo, tomando una cerveza (o mil) para celebrarlo.
Venirse arriba (o venirse abajo)
Como en el anterior ascenso, dicen los cronistas que la afición se vino tan arriba que el estadio casi se viene abajo.
Los del club y la administración también dijeron lo mismo. Tenían los papeles, tiempo y la obligación, pero sabiendo que el estadio podría recibir la declaración de zona catastrófica se hicieron los locos hasta que las personas estuvieron en peligro.
El fútbol tuvo que parar en el estadio e incluso llegamos a pensar que nunca volveríamos a sentarnos en sus gradas. Como en la política de fichajes se hizo un apaño en el último minuto que ya veremos dónde nos lleva.
Bonus track. La octava colina. La primera, la realidad y los deseos y propósitos de Navidad .
Nadie dijo que fuera fácil pero las llegadas a un equipo hecho en una semana nos ilusionaron, la realidad nos golpeó y parecimos levantarnos en Huesca ante un entonces prometedor rival. Luego me ficharon para contaros “mis cosas” y el Rayo empezó a cascar. Llegué a pensar en dimitir como me imagino que hizo Michel , pero parece que confían en los dos (humor loco) . La realidad te hace buscar soluciones y cambiar , el técnico rayista lo ha hecho y ante rivales azulgranas ha logrado victorias que dan un hilo de esperanza de cara a 2019, un año que, a riesgo de que me llaméis iluso, esperemos sea el del cambio definitivo y para mejor, el de la permanencia y consolidación en primera, mejora y acercamiento del club a su afición y al siglo XXI. Sé qué hay un montón de gente esforzándose por ello.
Feliz 2019 . Que la franja os acompañe.