Otra cosa no, pero la afición de Vallecas es agradecida y sabe reconocer el esfuerzo de los suyos como pocos. Por ello, ayer Bebe se marchó ovacionado del terreno de juego después de un buen partido del portugués. Desequilibrante e incisivo por su banda pero, sobre todo, voluntarioso y con una actitud encomiable.
Se nota que Bebe ha estado presente en algún descenso y es uno de los que mejor sabe lo que se sufre y especialmente lo que sufren sus hinchas cuando se pierde de categoría. El extremo luso es uno de los miembros de la plantilla con más minutos sobre el césped de Vallecas y carga con cierta responsabilidad añadida.
Una presión y una responsabilidad que este sábado no rehuyó ni se quitó de encima. No se escondió y estuvo cada momento metido en el encuentro. Un hecho reseñable en él que es un jugador con casi siempre la mejor actitud pero a veces irregular en su juego.
Contra el Valencia fue de los mejores, también respaldado por el buen nivel y actitud de sus compañeros y empujado por una grada que sabe lo que se están jugando los jugadores.