LA ESCUADRA
Dos veces seguidas dedicándo mi artículo de opinión a los canteranos. Vayamos a por la trilogía. “Las oportunidades se ganan”. “Otros metieron goles en pretemporada y él no”. Fueron sólo algunas de las respuestas que recibí por Twitter cuando defendí a capa y espada que Sergio Moreno se merecía debutar en Primera división. Érais pocos y, seguramente, llevados por el desconocimiento de no haberle visto jugar. Espero que no cojais frío en la cueva.
Dejando de un lado las bromas, el Rayo Vallecano fue, es y será cantera. No en vano, lo dirige un canterano desde el banquillo. Pedro Porro, titular frente al Real Madrid. Jean Jules debutando en el fútbol profesional. Sergio Benito saliendo en la segunda mitad y dando la victoria al Barakaldo en su primer partido… y Sergio Moreno desesperando a la defensa de todo un Atlético de Madrid supercampeón de Europa en unos 13 minutos, cuanto menos, notables. Ay si llega a marcar…
La puerta del primer equipo está rota. La ha tirado a base de esfuerzo y calidad. Cualquiera que le haya seguido mínimamente en categorías inferiores sabe de lo que hablo. Este chico vale. Si hace eso en el Wanda ante 60.000 personas, qué no hará con su gente, en Vallecas…
Creo que se me nota. No lo puedo negar. Me encanta ver a chavales de la casa triunfar. Ver como se dejan el alma y como pelean hasta que ya no les queda nada dentro. Me encanta observar como crecen en tiempo récord. De jugar en campos con 50 espectadores a correr por el verde de uno de los mejores estadios del mundo.
Por cierto, vaya partidazo del Rayo. Increíble. Ningún punto obtenido después de dos jornadas pero las sensaciones son muy buenas.
Del Wanda me fui con una sonrisa en la boca. Y creo que el resto de aficionados también. Orgullo, orgullo y más orgullo. Orgullo de ver a un canterano demostrar que vale. Orgullo por ver que, a falta de dos o tres retoques, la plantilla pinta a plantillón. Orgullo por ver a un entrenador que lleva la franja por bandera y que está a la altura de los mejores. Y orgullo, que no me olvido de vosotr@s, de ver a una afición afónica de tanto gritar.