“Esto parece el camarote de los hermanos Marx” (Acervo popular)
La noche se prometía intensa. Un templo de acústica ideal, un equipo de orden intachable como visitante y otro, el local, al que el partido le apetecía como una piedra en un zapato. Parecía la oportunidad perfecta para dejar claro que aquel siete fue un accidente. Lo fue.
La franja se mimetizó con el césped y mereció obtener algún punto del Metropolitano. Porque lo mereció. Fue el equipo solvente que incomoda localías y tuvo ese toque de picante que aporta el 18 del Rayo Vallecano.
Álvaro y diez más . Eso es todo.
Camello le hizo llegar la pelota y García causó la primera zozobra en la zaga colchonera. Su intento de centro-chut terminó en saque de esquina y desorden terminado con un centro impreciso de Lejeune.
El joven Vermeeren quiso mostrar en su debut que sabe usar el tacón. La presión rayista le hizo conocer la liga española y el balón llegó a Chavarría cuyo centro fue para Oblak.
El Benelux rojiblanco intentó devolverla y Memphis remató cerca del palo. Habían pasado veinte minutos y era el primer acercamiento local. Todo controlado.
Chavarría fue de nuevo profundo y su centro llegó al punto de penalti donde esperaba Isi que conectó mal el testarazo.
Barrios fue de barrio, Álvaro quiso salir de nuevo y Reinildo demostró que “sigue siendo el Rey”. El tiempo corría y el Rayo aportaba su grano de mostaza al choque.
Correa dio un aviso en orsay pero los de Francisco siguieron a lo suyo completando en la ópera una actuación mas que digna.
Barrios era el solista que canta y baila y el Rayo una orquesta bien dirigida pero en un balón parado la osadía de Reinildo superó a la zaga y adelantó de modo injusto a los locales (1-0).
Los de la Avenida de Luis Aragonés vieron sangre y quisieron sentenciar con un par de acercamientos pero ahí estaba el Rayo. Su presión, notable, le hizo recuperar un balón. Su pausa le hizo combinar hasta que apareció Isi por dentro, tiró una pared a la profundidad de Chavarría que ganó la espalda de un Vermeeren despistado. Pep puso un perfecto balón al punto de penalti donde Álvaro y 10 más empató el partido. La coral de Francisco cantando una sinfonía. Allegro ma non troppo. Bravo. (1-1).
En el arranque del segundo acto García pudo hacer el segundo pero su vaselina quedó corta debido a la presión de Reinildo.
Simeone dio entrada a Lino, Griezmann, De Paul y el Rayo a Crespo, a Balliu… Los hombres superaban a los nombres y la franja no dejaba de acercarse al arco de Oblak. El único fichaje del Rayo del mercado de invierno justificó su contratación con un debut prometedor.
Luego De Frutos, Trejo y Crespo de nuevo provocaron el temor en la hinchada local junto a Camello y Chavarría cuyo partido fue de titularidad permanente.
Barrios apareció de nuevo para los de Canillejas y su “iniestada” fue aprovechada por Memphis que anotó y el VAR sufrió. Posición adelantada y alivio visitante.
Apareció Falcao y fue ovacionado como aquel feliz recuerdo el pasado.
Con el empate en la mano surgió el camarote de los hermanos Marx. El vallecano Koke lanzó una diagonal de las que gusta, Chavarría se quejó de una falta de Griezmann y dio un metro de espacio al francés. Este recibió de Molina, puso la pelota en el área chica y Lejeune y Aridane hicieron la mujer barbuda. El galo dejó que Memphis le adelantara por la espalda y el canario habilitó al neerlandés con su posición. El remate de Depay en la línea del área pequeña fue fuerte pero centrado y Dimitrievski decidió hacer de Rodolfo Lassparri, tenor consagrado.
Su fallo, comprensible ante la cercanía del disparo fue mortal de necesidad para el Rayo, que mereció como mínimo un punto con un partido notable, de los que dejan un sabor especialmente amargo dado el resultado.
Francisco fue expulsado en su protesta y el debate que se plantea es lícito. ¿Prefieres esta imagen del equipo o el punto de Anoeta? Crespo, que no sabía de que hablábamos puso un balón de oro para Falcao al que le faltó el metro que le sobraba cuando jugaba en el Calderón.
La noche en la ópera tuvo como actor invitado pero estelar al Rayo, que no pudo acabar con la racha de 28 partidos sin perder del Atlético en el Metropolitano pero no estuvo demasiado lejos de hacerlo.
Dimi, Álvaro, Crespo y ocho más. Es el camino.