“Por favor, pasen al fondo” (Locución enlatada de los autobuses de la EMT de Madrid).
Albert Einstein dijo una vez que habían dos formas de ver la vida: una, creer que no existen milagros y la otra es creer que todo es un milagro.
El Rayo Vallecano cayó por tres goles a cero en Girona y a más de uno, superado el golpe de realidad le dio por rezar.
El primer cuarto de hora fue prometedor . Los jugadores de Iñigo Pérez corrían hacia adelante como huyendo de la lluvia y el jersey del técnico parecía resistir. El Girona no encontraba la manera de asediar y la franja encontraba a Crespo. Controles exquisitos, decisiones correctas, despliegue total e incluso algún caño coronaron el tramo de partido que cualquier jugador quisiera para un video de highlights en YouTube.
Michel tenía otros planes. Su equipo al parecer encajaba muchos goles en esa primer cuña del reloj. Algunos dicen que a los de Montilivi les cuesta arrancar en los partidos. Yo le llamo, que me perdone el maestro Carlos Sánchez Blas, el plan “Papaloukas“. Para los poco aficionados al baloncesto, Theodoros Papaloukas fue un base griego que dominó junto a otros dos o tres más el baloncesto europeo en equipos como Olympiacos o CSKA entre otros. Gran parte de sus entrenadores lo dejaban en el banco de inicio para que hiciera su lectura del partido. Pasados esos cinco minutos Theo impartía magisterio en la cancha dando a su equipo el registro y la dirección adecuada.
El Girona se activa a partir de esa lectura y comienza, cual hormiguita a hacer camino hasta que recoges su pelota de tu red o suspiras de alivio ante el pitido del árbitro marcando el descanso. Así fue y los jugadores de Iñigo tardaron un par de minutos del mismo para desincrustarse del arco con espátulas y otros dos para sacarse las camisetas pegadas con adhesivo de contacto.
El Rayo sobrevivió a ese tramo por su orden defensivo intacto a pesar del cambio de técnico y gracias a la falta de precisión de los locales que no habían afinado su puntería.
De la portería local no se sabía nada. Álvaro García terminó el primer tiempo jugando de lateral y RDT sacando balones de su área. Lo más peligroso por parte de los visitantes fue una cesión a Gazzaniga que el arquero gironí controló con el pie con sorpresa pero sin sobresaltos.
La segunda parte del partido fue otra cosa. Los equipos recibieron indicaciones de sus entrenadores y el panorama pronto se clarificó. El jugador libre de la presión rayista fue el menos claro con la pelota de la zaga rojiblanca ,pero David García, mas solo que la una y con tiempo es un futbolista de primera división. El zaguero puso una diagonal a la espalda de Balliu, y el segundo de duda del gerundense fue el que habilitó la posición de Miguel cuyo pase atrás fue aprovechado por Tsygankov para adelantar a los de Michel.
Cuestión de suerte fue que no llegara el segundo en los siguientes minutos de zozobra. La duda de no saber si ir hacía adelante o hacía atrás sometido por el control de los de Michel fue demasiado para los de Iñigo. Ajustado Crespo y alejado Álvaro el Rayo desapareció de la cancha.
IP quiso cambiar de dirección pero su primer giro de volante conducido por Pathé Ciss y Camello no dio sus frutos. El senegalés vio pronto una amarilla innecesaria y se vio condicionado en la presión. Camello dio otro aire al ataque pero careció de colmillo. Llovió sobre mojado.
Como lo vería el bueno de Iñigo que solo cinco minutos después giró de nuevo la manija y esta vez fue entendido por sus jugadores aunque quizá no por todos. Entraron Chavarría y Kike y el mensaje era claro, dar varios pasos hacia adelante y ser más agresivos. El plan con Chavarría parecía hábil. Dos laterales para cerrar a Savio y Álvaro a la derecha para tirar desmarques diagonales. En uno de ellos pudo verse al fin un pase profundo, esta vez medido de Crespo pero el 18 solo pudo llegar de “puntín”.
Dura poco la alegría en la casa del pobre por lo que, con el Rayo en su mejor momento llegó el mazazo. Chavarría se pasó de frenada para ver la amarilla y no echó el freno de mano o se le cruzaron los cables de freno y acelerador para en dos minutos merecer la segunda y por tanto la roja.
El resultado era corto y el equipo de Iñigo siguió intentando el milagro, pero de las opciones que el navarro tenía en la banca para el último intento eligió la inesperada. Trejo le dio al equipo pausa, visión, búsqueda de faltas al borde del área e inteligencia para manejar la tensión pero a los jugadores no les llegó el mensaje que hubiesen recibido con Falcao o Bebé.
Con la portería al fondo los peloteros de la franja no supieron ubicarla en todo el partido y salvo un intentó de gol del año de RDT en la primera parte, un disparo tapado de Camello y ocasión citada de García los de Iñigo no tiraron a portería, mal endémico del equipo de Vallecas durante toda la campaña.
Aun así siguieron intentando que el radar Trejo les guiara con su GPS a la portería rival sin premio .
En el descuento Savio condenó la imprudencia de Chavarría y el agotamiento de Espino para certificar con dos goles más la victoria de los de Michel (3-0).
Derrota previsible pero demasiado abultada de los de Iñigo Pérez que conservan las virtudes y defectos de toda la temporada pero con brotes verdes en cuanto a actitud y energía.
Al fondo hay sitio. Que sea el de la portería y no el otro.