Sin pólvora no hay Champions. Y el Rayo, que puntúa incluso en sus días menos brillantes, se despidió de la mesa de PSG, Dortmund, Nápoles y Milan por su falta de gol. Vallecas sigue invicta, pero ya no podrá fardar de haberlo ganado todo en su guarida de tres gradas. Sí de puesto europeo, etiqueta con la que visitará el próximo sábado el Santiago Bernabéu (21:00 horas, Movistar LaLiga). Nueva llamada al Matagigantes.
Iraola soltó la nueva una hora antes del partido: Trejo, que había sido titular en todos los partidos desde San Mamés (cuando ni viajó por lesión), fue suplente. Y la chocodependencia, inevitable, al menos no fue hundimiento. Unai López, con el mismo ímpetu, pero menos éxito, que el capitán del Santa Inés, intentó hacer las labores de enganche en un equipo con el Tigre en punta. Lástima para la abarrotada Vallecas que sus zarpas, esta vez, no anduvieron afiladas.
Él e Isi protagonizaron las más claras de un primer capítulo repleto de uys. El de Cieza, de hecho, pudo hacer el golazo de la jornada (con permiso de Ünal y su chilena a lo Mandzukic), pero tras enganchar una volea preciosa, la dirección adjuntó error: directa a los guantes de Dituro. Mismo denominador común que dos designios de Radamel. El vetererano portero de Bigand fue el héroe celeste, dando un recital de seguridad en los blocajes. Dimitrievski, celoso, voló a su izquierda para despejar un remate de Galhardo. Y apenas tuvo más trabajo.
El campo, descarado como pocos, se inclinó hacia uno de los lados, pero a la Franja le faltó concretar. Pitaba Cordero Vega el inicio del segundo capítulo y el Celta, mirándose al espejo, veía una fragata sin sus dos armas más pesadas: Aspas era suplente y Santi Mina, llevándose la mano al bíceps femoral izquierdo, había sido sustituido. Ni Príncipe ni Torito. Tampoco brilló Fran Beltrán, que recibió más aplausos que pitos en su ruta al banquillo.
La segunda parte fue peor que la primera. Apenas tuvo ocasiones y el morbo, por descarte, recayó sobre el suspense de que en cualquier momento alguien sacase algo de su chistera. Intriga hasta la última escena para acabar sin balazos. Dimi voló a desviar una falta de Brais Méndez, Falcao casi cazó una filtración de Trejo (ya sobre el césped y con el brazalete anudado), y Bebé, que sólo había jugado 14 minutos entre las últimas cinco jornadas, no atinó en una falta de las que le encantan a él… Y al barrio. Tampoco Ciss, con un derechazo ya en el añadido. Suspenso de pólvora.
‘Los lunes al sol’ es un peliculón; esta, ‘Los lunes sin gol’, fue un tostón.