Hace un año mi perfil otrora orondo ahora delgado se incorporó de manera “oficial” a este medio. Como soy un desastre, lo recuerdo cada vez que busco en mi correo el enlace de Unión Rayo para entrar y escribir para vosotres (aquí se intenta reproducir lenguaje inclusivo). Mañana me caen 44 castañas, así que ayer tarde mi ahijado, cumplidor de 15 un día después y yo, celebrábamos en familia nuestros respectivos aniversarios.
En la mesa cervezas, refrescos y zumos para beber y una orgía de catering humilde, honrado, delicioso, vallecano para comer. Triángulos rellenos de ensaladilla rusa, tortillas de patatas, croquetas de bacalao, queso curado, salchichón, chorizo, jamón,nachos, guacamole, patatas fritas, hummus, minihamburguesas…
En la tele, de fondo, el Rayo visitando con su gente al Extremadura de Almendralejo, cuyo chorizo dicen que …que el partido, en la lluvia podría ser duro y honesto como las buenas gentes de aquel lugar, a las que se respeta y valora desde mucho antes que Pedro José fuera eterno capitano (salvada la posible falta de respeto por los pelos…)
Aquello más que un partido de fútbol fue un partido de tenis o mejor, de frontón. Miraba a la pantalla, miraba al mantel, un ojo a la plana, un ojo a ese pimiento frito (perdón , olvidé su presencia contigua a la tortilla), una visual al coliseo de la Hera otra a ese curado que me hacía también ojitos..
Un mundo de oportunidades se abría ante mis ojos. Así fue. Pasé del sofá del fondo al sillón frente a la de taytantas pulgadas tímido manteniendo el decoro mientras todos comían distraídos . Pasé de ahí al Puff pegado al monitor y en un salto la franja y yo nos fundimos en una realidad tan paralela como objetiva. Mientras Bebé robó ese balón yo vi una silla pegada a la mesa y a la LG. Mientras Tiago hizo un autopase yo alcancé la última croqueta. Cuando Correia llegó al área mi hijo el mediano me miró mal. Finalmente el 10 franjirrojo cedió el esférico a Álvaro que se comió la croqueta mientras mi Jorge marcó gol (¿o fue al revés?. Menos mal que no habían empanadillas que si no hubiese terminado haciendo la contracrónica en Móstoles , o la mili, quien sabe). 0-1
El Rayo tenía tantas oportunidades y disfrutaba tanto que, como yo, se sintió culpable de quebrar la dieta y sesteó un rato hasta casi diluirse. Por suerte llegó el descanso y con la segunda parte, otro atracón.
La mesa, de nuevo, estaba llena y la franja los ojos como platos. Santi elegía el plato, Pozo le ponía sal, Álvaro pimienta, Ulloa huevos, Trejo lo masticaba algo más y Bebé lo llevó de nuevo a nuestro paladar y es que, el muchacho, cuando tiene el día es don alegrías. Ese golpeo de empeine pegado al palo de Casto me hizo bucear en mi enésima cerveza con una franja de limón de la tarde ( escribir borracho estaría bien, pero trabajar con resaca no tanto, y el que firma estará ganándose el sueldo mientras lees). 0-2
Ni siquiera parecía que fuésemos a sufrir, a pesar de algún pase erróneo estilo salida de pelota jugada en zona peligrosa o alguna salida de Dimi a destiempo casi fuera del área, pero algo de emoción teníamos que darle. Los azulgranas celebraron durante unos segundos el 1-2 mientras los nuestros parecían homenajear a Luis Aragonés y su famoso “esto es una peineta y esto un corte de mangas”. Los hombres de Paco pidieron mano y el árbitro del encuentro, tras ver la repetición anuló el tanto, avergonzado por la claridad de la jugada y su falta de juicio anterior.
Los de Mosquera lo intentaron, pero mientras mi madre cortaba a una velocidad digna de Advíncula porciones de cielo en forma de tarta de queso y caramelo y tarta de manzana ( a cual mejor) ,el “ciclón” se comió una porción ganada con brega y trabajo y anotó de penalti la guinda del pastel, el 0-3 definitivo, y el mejor resultado de la franja desde que os cuento las fatigas del Santa Inés y los hijos del caballo blanco.
Un feliz aniversario en todos los sentidos que estaría encantado de celebrar en nuestro campo ante la Ponferradina, equipo ante el que debutara en segunda el único rayista al que entrenado, José Alcañíz y al que recuerdo me debe una camiseta firmada (que mejor momento este del cumpleaños para hacérmela llegar).
Ojalá se dé y lo pueda celebrar con los amigos que me dieron este humilde espacio aquí.
No es viento ni lluvia, soy yo soplando velas y llorando de emoción. Que nos dure la alegría. Nos hacía falta.