
Foto: @jrdvr73
El partido que tardó dos meses en jugarse, o el que tuvo que ser aplazado en dos ocasiones. El Rayo Vallecano-Sevilla de la temporada 96/97 tiene ese registro. Primero la nieve y después el hielo hicieron que franjirrojos y nervionenses tuvieran que postponer el choque en Vallecas desde el 5 de enero de 1997 hasta el 5 de marzo del mismo año. Al final, ganó el equipo de casa (2-0) gracias a los goles de Klimowicz y Guilherme.
Nieve y lluvia para aplazar el Rayo Vallecano-Sevilla
Madrid amanecía aquel domingo 5 de enero de 1997 con un manto blanco sobre sus calles, con los niños, ansiosos por la cabalgata y la llegada de los Reyes Magos. Pero en Vallecas, también con la mira puesta en el partido de su equipo ante el Sevilla. El Estadio estaba completamente blanco, el césped no se veía, y Rayo y Sevilla se citaron horas antes del inicio. Durante toda la semana se venía hablando del mal estado del césped y de la posibilidad de suspender el partido por la nieve.
De hecho, el Rayo quería jugar y el Sevilla no. Paquito, técnico local, llegó a sacar a sus futbolistas con un balón naranja para demostrar que se podía jugar, mientras que el técnico del Sevilla, José Antonio Camacho, no siquiera hizo vestirse a sus jugadores. La decisión la tenían clara. El colegiado decidió aplazar el partido, y la nieve impidió que el Rayo-Sevilla se disputase ese 5 de enero.
Este vídeo de Ismael Guti es oro puro sobre esa suspensión por la nieve
Nuevo aplazamiento
La nueva fecha fue el 24 de enero de 1997, pero ese día, Rayo Vallecano y Sevilla tampoco pudieron disputar el partido en Vallecas. En esta ocasión, la fuerte lluvia que caía sobre Madrid impidió que el encuentro se disputase. Puentes Leira, el que iba a ser el árbitro, saltó al terreno de juego para comprobar que el barro y el agua se acumulaban en buena parte del rectángulo, para decretar la suspensión. Nuevo aplazamiento de un encuentro que en febrero no pudo jugarse.
Finalmente, el 5 de marzo de 1997 Rayo Vallecano y Sevilla pudieron jugar. El cuadro franjirrojo alineó a Contreras; Alcázar, De Quintana, Ameli, Cortijo; José María, Ezequiel Castillo, Moreau, Martín González; Guilherme y Klimowicz. También jugaron Andrijasevic, Abdellaoui y Radchenko.
Para añadir otro capítulo curioso a este encuentro, los dos entrenadores que iban a sentarse en el banquillo aquel 5 de enero, no estuvieron dos meses después: tanto franjirrojos como andaluces cambiaron de técnico entre tanto. En Vallecas se cedió el timón a Fernando Zambrano, mientras que en el Pizjuán fue Julián Rubio. Para más inri, ambos conjuntos también tendrían un tercer entrenador ese curso, Máximo Hernández y Bilardo respectivamente, y ambos acabarían descendiendo a Segunda División.
