DE OTRO PARTIDO
Catena, entre un Rayo desconocido.
Ha sido poco entendible la diferencia entre el Rayo del partido contra el Betis y el de hoy. Un equipo desdibujado o dibujado por un niño, que volvió a ser el que genera dudas permanentes y el que, cuando va ganando contra un rival muy inferior, no busca matar el partido, sino conservar el resultado, y así pasa lo que pasa. En la vuelta al desorden y al catálogo de dudas, Catena se destacó, estando atrás y adelante, intentando marcar el rumbo a un equipo que jamás lo encontró. Catena fue un futbolista despierto en un partido hipnótico.
EL REMAKE
Muy atrás y sin nadie arriba.
Otra vez ese cortocircuito que anula al mediocampo. Pelotazos al nueve inexistente (porque Ulloa ya se definió como un punta que busca al punta invisible), y salidas torpes desde atrás; nerviosas sin que vengan a cuento esos nervios. Las bandas estuvieron ahogadas, el Rayo fue un equipo sin ideas con un míster que no supo leer el partido. El gol, un milagro dado por los rebotes; el resultado, un error provocado por la falta de personalidad.
VENTANILLA DE RECLAMACIONES
¿Por qué se rota en puestos que no deberían tocarse?
Tito, igual a la ausencia de Tito. Saúl estaba jugando bien y hoy no fue llamado al campo; Luna tampoco. La obsesión de Jémez con Tito, evidentemente, ya hace perder puntos. Recuerda a la que tuvo en su momento con Larrivey (la primera vuelta del delantero), con Galeano o con Nery Castillo, un turista en Madrid.
EL DIVÁN
Adelante, Álvaro García.
Adelante, pero en el campo, no. Juega siempre para atrás, como inconsciente de su velocidad. Deberían ponerle vídeos suyos de cuando estaba en el Cádiz. Desde que viste la camiseta del Rayo es un jugador caro, tímido, sobrevaluado y pasador ocasional, su mérito. Nunca hace la diferencia, y ya no queda claro cuál es la diferencia que podría hacer.
EN DEFENSA DE…
Dimitrievski se hace grande.
En la portería del Rayo hay tranquilidad y futuro. Dimitriesvki y Morro son dos lujos y no tienen que demostrar nada más. Dimitrievski ya manda, se le ve con confianza y es lo que debería pasar en otros puestos: esa continuidad obligada del portero debería ser el ejemplo de otros puestos en los que Jémez no tiene que marear tanto al jugador. Basta de alineaciones hechas a golpe de dados; que si Saveljich, que si Milic, que si Tito, que si Saúl, que si Luna, que si Advíncula… Ahora es De Frutos o Álvaro García el nuevo sorteo de cada jornada. Por favor, Jémez… vas a terminar rotando tú…