Si en la biografía anterior el recuerdo fue para Aldo Sambrell, pistolero de la gran pantalla que pasó fugazmente por el Rayo Vallecano, en esta traemos -esposado- a un pistolero de la realidad: Nicki Bille Nielsen, jugador con mucho peligro, pero fuera del campo.
Conocido con el acertado apodo de Bille The Kid, Bille Nielsen nace en Dinamarca el 7 de febrero de 1988.
Los inicios de su carrera futbolística son prometedores: en el 2006 debuta en la Primera División de su país con el FC Copenhague y pasa luego por tres equipos del Calcio: Reggina, Martina y Lucchese. Vuelve a Dinamarca y del 2008 al 2010 juega en el Nordsjaelland. Ese mismo año firma cuatro temporada por el Villarreal.
Disputa con el filial 33 partidos y marca 6 goles. Llega al primer equipo, pero solo juega un partido, en el 2011, año en que lo ceden al Elche y más tarde, en el 2012, al Rayo Vallecano. Viste la Franja en 9 ocasiones y no logra ni medio gol. En el mismo año de la cesión al Rayo se va al Rosenborg Ballklub noruego y allí consigue su mejor estadística hasta hoy: 10 goles en 11 encuentros.
Con la Sub-21 de su país se acerca a ese registro: 7 goles en 11 participaciones. Además, es tres veces internacional con la selección absoluta y convierte en una ocasión.
A partir del 2014, Nielsen comienza un periplo que parece más turístico que futbolístico: Francia, Dinamarca, Polonia, Grecia y otra vez Dinamarca, donde actualmente juega en el Lyngby Bk. Este último recorrido deportivo tiene su versión delictiva igual de frenética.
En el 2015 es condenado a 60 días de prisión condicional y a trabajos comunitarios por morder a un agente en un enfrentamiento con la policía de Copenhage.
Junio de 2018: pasa un mes tras las rejas, esta vez en Mónaco, por agredir a dos mujeres en la calle, incidente que lleva a que el Panionios griego le rescinda el contrato.
Y ese mismo año, el juzgado de Copenhage lo condena a cuatro meses de cárcel por romperle la nariz a un portero de una discoteca, amenazar a una enfermera, intimidar a un ciclista con una pistola de aire comprimido y por posesión de cocaína. Se declara inocente de los dos primeros cargos. En la Navidad del 2018, lo hospitalizan al ser tiroteado con una escopeta de perdigones.
Contra la famosa mano de Dios, la mano del Diablo.
Viendo las fotos en su perfil de Instagram, Nicki Bille Nielsen parece recuperado, al menos en su faceta delictiva. Se exhibe alegre, disfrutando de la vida y libre, una prueba contundente de su estabilidad psíquica. Fuerza, Bille. A este fugaz ex portador de la noble camiseta franjirroja, le deseamos que sea noticia solo por lo que pueda hacer -o no pueda hacer- dentro de un terreno de juego.