LA CONTRACRÓNICA
El final del siglo XX trajo cosas buenas, momentos mejores y temores infundados. En la tele brillaba “El informal”, con aquellos vídeos manipulados antecesores de los de “El Intermedio”, éramos jóvenes, intentábamos ligar y nos emborrachabamos ya por Bilbao abandonados los bajos de Argüelles. Temimos lo peor, que todo lo digital se fuera a hacer puñetas el primero segundo del año 2000 por los dichosos programadores, aquellos que no habían previsto en su trabajo que un buen día cambiaríamos de centuria pero no solo no ocurrió sino que se dieron dos momentos mágicos. El que suscribe por fín ligó y el Rayo de la mano de Don Juan de la Cruz Ramos completó una temporada antológica terminando en un meritorio noveno puesto. Algunos dicen que era una premonición, que Lopetegui en el banquillo llegaría a lo más alto…
Esta franja parece aquella, audaz, atrevida, crecida y plena de confianza. Viniendo de ganar en Valladolid y con un visitante sin Aspas para volar se esperaba recibir a unos “Celtas Cortos”que, por supuesto, no defraudaron.
La noche era fría y mientras intentábamos entrar en calor Raúl de Tomás nos lo dio. Lanzó una falta provocada por la anarquía osada de Advíncula y dejó a Rubén blanco. Si buscas en el diccionario el anglicismo “timing” saldrá la foto del golpeo de nuestro goleador en el justo momento en el que el arquero vigués da el pasito hacia el medio de su puerta. Un contrapié que ni los de Muster o Sergi Bruguera en Montecarlo oiga. (1-0).
El gol obligó al Celta a reaccionar y aunque no lo hizo, en un abrir y cerrar de ojos se vio por delante en el marcador. Empató tras un córner, un rechace afortunado y un remate inapelable en boca de gol de Araujo más solo que la una . (1-1).
Poco después, con el Rayo a lo suyo, atacando y llegando, Brais Méndez dispara a puerta y Abdoulaye Ba, tapando con una posición defensiva de listo digna de Isiah Thomas, los Detroit Pistons y el Palace de Auburn Hills hace un penalty como todos los de Ba, indiscutible. Gómez lanza el castigo como un golpe, tan Maxi que Dimi lo frena pero no lo para. La estirada del Gato del Payaso Fofó fue insuficiente y los de Miguel Cardoso se adelantaron en el marcador. (1-2).
Dió igual. Los franjirrojos, con dos laterales llegadores y por fín cubiertos a su espalda continuaron lanzados en dirección Teniente Muñoz Díaz, Embarba siguió incordiando, Trejo recuperando sensaciones, Velázquez imprimiendo carácter e Imbula jugando rápido. Para todo los demás estaba Comesaña. Para todo menos para el gol, cosa de RDT. Marcó en fuera de juego ensayando el gol del empate que llegó cinco minutos después tras un espectacular toque de Embarba y un pase de la muerte de Advíncula. La zaga del equipo olívico, como buenos celtas cortos fue durante todo el partido “la cabaña del tumbo”. (2-2).
Ejemplo de ello fue la ocasión de Trejo antes del descanso que pudo adelantar a los nuestros. Aquello era “La casa de la pradera”, “Bonanza” o “Autopista hacia el cielo”, cualquiera de las series donde apareció Michael Landon.
En la segunda parte el partido estuvo más parejo y la salida del nuestro (Parejo), dió un aire nuevo al equipo. La fe mueve montañas y las primeras apariciones en el choque de Medrán parecieron de Ballack, de Albertini, de Toninho Cerezo. Alvaro había dado descanso a Embarba y Bebé salió para acorralar al Celta. La cosa fue de tal modo que apareció de repente en el área Emiliano Velázquez , que venía de vigilar a Boufal , golpeó de afortunado tacón y De Tomás se adelantó a la zaga viguesa con un misil que acabó en tres goles en tres puntos. (3-2).
El festival lo completó Bebé entre las piernas de Rubén y las vergüenzas de la retaguardia celeste para dar rienda suelta a la algarabía de una afición que cantó, tras haber cocido Abbas, “The Final Countdown ” de Europe y presenta una “Euphoria” que ni Loreen, en plena chocita sueca, ganando Eurovisión.
El Rayo ganó, como dicen los latinos, 4 x 2 al Celta y mis matemáticas sacan conclusiones.
La primera es que el Rayo fue el doble que el Celta .
La segunda que según las tablas da 8 , dorsal del visitante ilustre que nos dio lustre y se fue con buen “frustre”.
La tercera que Miguel Cardoso, entrenador celtiña, quedaría bien doblado a lo Michael Landon por Florentino Fernández en sus quejas del campo y su visión alejada de la realidad de lo que ocurrió en el campo .
La cuarta que la franja respira más que Midge Ure, que en tres partidos ha sumado casi tanto como en dieciséis y que hasta esta tarde somos los mejores en 2019.
Que nos dure.
¡Que subidón!