“¡Se me está muriendo divinamente, te lo juro!” (Amanece que no es poco. José Luis Cuerda)
La adolescencia de cada uno es como es. Mientras algunos pasaban el tiempo en el parque o en el bareto yo me pasé buena parte de ella viendo partidos de baloncesto. Por aquellos tiempos se instauró una regla de esas inexplicables que el sentido común eliminó. En las faltas recibidas con derecho a tiro los rectores del deporte de la canasta decidieron que para optar a un segundo tiro se debía anotar el primero. De verdad. Los que no peinan canas solo han conocido los dos tiros o incluso los tres, pero durante un tiempo si fallabas el primer tiro decías adiós al segundo. La norma del 1+1 fue finalmente eliminada pues tenía un efecto perverso, favorecía al infractor en sus intenciones de remontar un partido en un final ajustado.
Francisco y su presidente son un 1+1 de manual. Favorecen al infractor (léase como se quiera).
Los jugadores han perdido el brillo, el ángel. Han decidido obedecer sin hacer preguntas a quien les impusieron, en quien no creen o a quien no entienden. Solo hay que ver los partidos.
Antes del primer bostezo del Mallorca-Rayo Isi tuvo la primera ocasión del partido. Un tiro libre en ubicación perfecta para él. Palazón golpeó la pelota con una ejecución correcta pero sin fuerza, chispa ni mala uva.
Entre el primero y el segundo Lejeune tuvo otra falta de las suyas y su golpeo se estrelló contra la barrera. Para muestra dos botones.
Si no se desencajó la mandíbula del espectador fue debido a la batalla campal que se dio en todas las zonas del campo. Con Aguirre y Francisco como estrategas era de esperar un partido duro, pero sólo el terreno de juego y el pantallón en un fondo de Son Moix distinguieron el choque de cualquier partido de de Mikasa, campo de tierra, linimento Sloan, zagueros de bigotillo y calzón corto con barriga, camiseta patrocinada por bebida alcohólica. Categoría regional, vaya.
El tercer botón apareció cuando Pacha Espino se anticipó a los planes de un zaguero bermellón y en un arranque de valentía se plantó en el borde y disparó con mala fo…fe. Rajkovic rechazó, el balón volvió a Luis Alfonso que dio el pase de la muerte a Isi y sí, la pifió.
Hay un video que circula por las redes sociales en el que una voz en off de acento argentino enumera las ventajas de ser futbolista para luego indignarse cuando el pelotero marra un gol cantado, imposible de fallar. Pues esta jugada serviría para ese clip.
El descanso fue aprovechado por el técnico local para cambiar cosas. Si el visitante pudo bajar al banquillo no debió surtir efecto.
Aguirre colocó dos puntas en el verde y a la primera tuvo premio. Abdón Prats sacó de posición a Mumin mientras el balón desde el perfil izquierdo buscaba el área rayista. La buena noticia fue que Oscar Valentín hizo la cobertura. La mala que su despeje, defectuoso, fue una perfecta peinada al segundo palo para que Antonio Sánchez llegara libre de marca y adelantara al Mallorca. (1-0).
Del golpe no parecía recuperarse la franja que intentaba a la desesperada hacer llegar el balón a Álvaro García.
En el 60 llegaron cambios de manual. Trejo y RDT por Ciss y Camello. Talento y anarquía por orden y trabajo.
Minutos después entraron Unai López y Chavarría por Kike y Espino. Claridad y profundidad por intensidad y presencia.
La franja buscó acercarse al área local más por obligación que por otra cosa y no obtuvo resultado hasta que un atisbo de osadía y magia apareció al fin en Son Moix.
Balliu rompió el corsé en el que estaba comprimido y se decidió a salir. Jugó con Isi, este mezcló con Trejo y del talento de ambos salió un pase profundo del 7 que dejó a Iván con media pradera libre. Balliu y Álvaro García aprovecharon la desidia de RDT. El defensa se confió ante la escasa movilidad del delantero y el 18 buscó el punto de penalti. El balón, rechazado por el zaguero en su sorprendido despeje fue aprovechado por el único jugador con gol de los de Francisco para empatar (1-1).
La alegría pudo durar un minuto porque Mumin falló un despeje cómodo. Muriqi no supo aprovecharlo.
El lateral derecho del Rayo Vallecano, liberado, llegó de nuevo hasta el fondo pero un mal bote impidió que su pase atrás fuera enviado a la red por Unai López.
Los “peligrosos” de ambos equipos siguieron a lo suyo. Muriqi puso en aprietos a Dimitrievski disputándole el balón en su salida y Álvaro García intentó poner un buen balón a Isi desde la izquierda.
A Muriqi le quedaba una bala en el revolver y no la iba a desaprovechar.
Corría el minuto 90 y la afición visitante solo tenía un deseo. Evitar saques de esquina locales. Cuando llegó este y los bermellones sacaron en corto fue un alivio. Cuando llegó el segundo consecutivo todos contuvieron la respiración .
Desde Francisco hasta el último recogepelotas sabían que lo único que había que hacer que era marcar a Muriqi. Ya podían estar mas de quince futbolistas en el área que el balón iría dirigido al delantero. Ya podían dejar libres a los otros cinco o seis jugadores mallorquinistas que buscaban el balón. La pelota iría allí. Pues no hubo un bloqueo, una pantalla, nada. La pelota fue a Muriqi que sin ni siquiera desmarcarse solo tuvo que girar el cuello sin casi saltar para dirigir el balón a gol . (2-1).
Luego llegaron las macarradas y el Rayo no supo sobreponerse.
Otra derrota en el último momento, un barco sin rumbo y dos oportunidades perdidas para alejar a rivales directos colocan a los de Vallecas en disposición de terminar febrero enfrentándose a los dos primeros equipos del campeonato con un colchón cada vez más fino. Mirar hacía atrás y trotar pensando que las tortugas no te alcanzaran no parece la mejor opción.
Lo dicho. 1+1 quizá no sumen dos sino su ordinal. Mala pinta tiene, sí.