Está claro que era la opción que facilitaba una transición más dulce. Míchel mamó el fútbol de Paco Jémez estando en su cuerpo técnico y ahora es el canario el que se hace cargo del equipo tras la marcha de la leyenda franjirroja. Eso sí, los estilos son parecidos, pero no iguales.
Míchel quería toque y ser protagonista con el balón, pero no lo llevaba hasta las últimas consecuencias. Si había que dar un pelotazo arriba buscando una salida se hacía. Esto con Jémez no pasa. Paco quiere salida desde atrás y compromiso de su portero y su defensa. Muy difícil tiene que estar la situación para buscar una solución en largo. De hecho, el último partido de Liga contra el Valencia, el conjunto franjirrojo ganó su primer partido en el que tuvo más posesión que su rival.
Además, Míchel instauró la defensa de tres centrales como algo habitual, cosa que Jémez no ha hecho (de manera continuada). El esquema ha variado ahora con Paco: 4-2-3-1 es lo más habitual.
En cuanto a la intensidad, Míchel tampoco la negociaba, pero con Paco es diferente. El que no corra, a la grada. Actitud, actitud y actitud. Jémez tiene claro lo que quiere y como lo quiere.