DE OTRO PARTIDO
Un descanso a los fantasmas.
Cuando el punto parecía una buena recompensa, cuando el Almería estaba jugando mejor con uno menos que en todo el partido, cuando Dimitrievski estuvo obligado a aparecer sacando una falta directa, cuando la sexta plaza del playoff quedaba incierta hasta mañana, el de siempre, con uno de esos disparos que en cámara lenta van rápido, puso el 0-1 en la agonía del partido. Y puso a los fantasmas en el congelador. Bebé fue suficiente para cambiar las caras del Almería, y para que volvamos otra vez a dudar gratamente sobre la imagen, la radiografía definitiva de un Rayo Vallecano que hoy mostró más músculo que fútbol, que estuvo sólido en defensa y perdido en ataque, pero que corrió y aceptó el ida y vuelta en una de las citas más difíciles. Tres puntos para confiar. O para desconfiar bastante menos.
ENVUELTO PARA REGALO
Los pases al rival, que fueron ocasiones claras.
Las mejores oportunidades del Almería vinieron por fallos del Rayo. Malas salidas con el balón, pérdidas en pases fáciles y en zonas peligrosas, alguna que significó cargarse con una amarilla de las tantas del show. Aunque dentro del desorden el equipo jugó más ordenado que contra el Sporting, esos fallos pudieron darle vida al Almería, pero los desaprovecharon. Ellos mismos se dieron muerte.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
El gol de Bebé.
Sí, pega en un defensa y ayuda a que la pelota se desvíe todavía más del portero, pero el gol empieza en la jugada. Primero Bebé la pierde casi en el centro del campo, persigue al rival, pelea el balón, lo gana y se lo da a Álvaro, que devuelve hacia atrás, pisándola, emulando un pase de tacón. Bebé encara, acomoda el perfil y chuta con la izquierda, la pelota hace un paréntesis (ya iba bien pero pega en el defensor) y entra mordiendo el palo. Aunque el ojo se cierre para dormir, hoy seguirá viendo ese gol en bucle. Qué tarde llegaste de la lesión, Bebé. Pero por suerte llegaste…
LA BOTELLA MEDIO LLENA
Golpe de autoridad en la mesa del playoff.
Sobre esa mesa está la botella, que hoy todos ven dos veces llena. El Rayo imprevisible mostró su cara positiva; fue un equipo en los malos y en los buenos momentos. La actitud que pedíamos, ese salir sabiendo que es el Rayo, hoy se vio. Jugó sin complejo de inferioridad y terminó ganando un partido que era empate. Obligado a rotar por las bajas, Iraola movió bien los hilos. Quizá este era el equipo que debería haber alineado contra el Sporting (excepto Álvaro, suspendido); pero sí Isi de inicio y aguantar a Bebé para el segundo tiempo (contra piernas cansadas es demoledor). Todo esto ha colmado de optimismo la botella, y así queda sobre la mesa del playoff para enfrentar en casa al Girona.
EN DEFENSA DE…
Gran noche de la defensa.
Dimitriesvki vive de alegría en alegría. Viene de ganarle a Alemania con Macedonia y, ahora, este triunfo frente al Almería. Se lo vio, además de feliz, confiado y seguro. Apenas lo llamó el partido; salió bien con los puños, salvó un disparo en el primer tiempo, un rechace envenenado de la propia defensa y un tiro libre difícil, mandando el balón al saque de esquina.
Saveljich fue quizá el mejor del Rayo. Tuvo que lidiar con Sadiq, cada vez que cortó estuvo limpio y sacó el balón con pases más que con pelotazos. Un muro en el que se podía leer pintado “Por aquí olvídate de pasar”. A Catena se lo vio otra vez con alma y, es verdad, con amarilla. Contra jugadores rápidos y de gran calidad, la coreografía con Saveljich le salió perfecta. Las bandas tuvieron lo que reclamábamos: el peligro sumado a la velocidad. Advíncula se peleó con todos, hasta con el que venía siendo. Y a todos les ganó. Pisó sin miedo el campo contrario, estuvo acertado en las entregas y no cometió faltas absurdas. Fran fue un cohete por momentos incomprendido. A muchos centros que sacó desde lugares imposibles, entre grietas de dos rivales o casi sobre la línea de fondo, no llegó nadie. Corrió, se metió por dentro, mostró un 60% de su mejor versión.
La noche en que los pronósticos se equivocaron porque Bebé acertó es la noche de otro nuevo punto de partida para el Rayo. Después de triunfos así, aunque no haya sido claro pero sí luchado y por eso merecido, deseamos que el equipo abrace una dinámica positiva, larga y que, en los pocos encuentros que restan, le sirva para asegurar un puesto en el playoff. El partido contra el Almería puede verse también como un ensayo de esa instancia. Si el Rayo le ganó al Español, al Mallorca y ahora al Almería, permítanme -permitámonos- la osadía de, incluso jugando mal, soñar con la tercera plaza del ascenso.
Hoy saludamos a Rayistas Por Catalunya, un grupo de aficionados del Rayo que pasea con orgullo la Franja no solo por la Ciudad Condal. Un gran abrazo, compañeros.
Y a vosotros, familia rayista, buen fin de semana, gracias por leer este Pase Corto y hasta la próxima crónica. ¡Fuerza, Vallecas! ¡Aúpa, Rayo!