El Rayo Vallecano sigue prolongando su mala racha fuera de casa y, de seis partidos, solo ha conseguido ganar en el primer encuentro de la temporada en Son Moix. Esta victoria hizo presagiar una nueva imagen de un Rayo poderoso y mandón que, con el paso de las jornadas, se fue marchitando.
Analizamos a continuación las claves por las que el equipo franjirrojo no ofrece fuera de casa la imagen contundente que vemos en Vallecas.
La carencia del gol
De las seis visitas que ha tenido que realizar el Rayo hasta el momento, solo en dos ha anotado (Mallorca y Albacete). Esta falta de gol está perjudicando al equipo que, paradójicamente, en Vallecas ve puerta con facilidad. En la rueda de prensa del último partido contra el Lugo, Iraola habló principalmente de este tema, declarando: “Hemos tenido ocasiones suficientes para darle la vuelta al marcador. Si no consigues hacer gol es complicado puntuar.”
Fragilidad defensiva fuera de Vallecas
El Rayo en las diez jornadas que llevamos ha demostrado ser un equipo más serio defensivamente que la temporada anterior, pero, fuera de casa, la defensa se ha mostrado más frágil. Los dos goles a balón parado ante el Albacete en el Carlos Belmonte, los tres goles encajados en la primera parte en el Toralín o el de ayer, recibido en Lugo, muestran falta de contundencia cuando se es el equipo visitante.
Primeras partes grises
Una vez más, el Rayo volvió a realizar una primera parte mala y es algo que se está haciendo habitual. Es como si salieran encogidos, apagados, a la espera… Los de la franja apenas disparan en los primeros 45’ minutos y además encajan gol. Esta actitud condiciona los resultados fuera de casa porque, cuando se quiere reaccionar, ya es demasiado tarde.
Ausencia del jugón
En estos últimos tres partidos se ha notado que Pozo, encargado de dirigir el juego del equipo, estuvo presente desde el primer momento en el partido ante el Fuenlabrada, mientras que contra el Albacete y Lugo le costó más entrar en el juego. Esto lo nota el equipo ya que condiciona mucho el juego de los de la franja.
Actitud
Para ganar fuera de casa es necesaria una actitud de equipo ganador. Esa creencia en sí mismo que hace que los demás equipos tengan que correr detrás del balón. Pero, esta actitud, se ha apagado poco a poco. Los jugadores no creen en su superioridad y el equipo contrario les empuja y les apaga.
Iraola tiene ante sí un trabajo importante: encontrar el gol fuera de casa, pero ante todo, hacer creer al equipo que es capaz, que tienen más calidad que la mayoría de equipos de segunda y que no basta con la calidad, también hay que correr.